La manifestación

Desacreditar la convocatoria de la manifestación del pasado domingo tiene un peligro. El de relativizar la eventual caída de Sánchez por una cuestión de higiene democrática percibida dentro y fuera de su propio partido.
"Si no nos une el cariño que nos una el espanto", como diría Borges.
Eso no me impide señalar un aspecto negativo del referido acto de masas. El que quizás esté impidiendo que el generalizado estado de opinión contra Sánchez no se traduzca en elogios al liderazgo de Feijóo como alternativa de poder. Hablo de la falta de fineza en el discurso del PP para captar el voto desencantado del PSOE sin ahuyentar al votante de la derecha extrema.
En su arenga del domingo dijo el líder del PP que no quiere un "frente de la ira" porque prefiere la concordia y no la revancha. Bien dicho, pero mal aplicado. Eso no se compadece con el desafortunado lema de la manifestación: "Democracia o mafia". Ni con la torpe analogía de "organización criminal" endosada al Gobierno de España por altos cargos del PP.
Frente a un Sánchez desconectado de la realidad por las adversidades que lo acorralan (el apagón lo evitan sus socorristas vascos y catalanes) hay mil formas de buscar el empujón final sin recurrir a las hipérboles. Pero el partido hay que jugarlo sin vulnerar las reglas del juego escritas y no escritas.
La manifestación antisanchista convocada por el PP fue, entre otras cosas, una forma de ganar por la mano a VOX en su carrera de sacos por la ocupación de la calle. Si esa ventaja se malogra imitando los discursos de la extrema derecha se malogran también las apelaciones centristas a la transversalidad y la moderación. Y si en Génova lo ven como un desmentido a las tontas acusaciones de Vox, por supuesta complicidad del PP con el PSOE, se equivocan doblemente.
Menos razonables me parecen las críticas a Feijóo por el uso oportunista de la calle para legitimarse como líder del PP en vísperas de su congreso nacional y como aspirante creíble a La Moncloa. A sensu contrario, habremos de entender que quienes le acusan de "populismo" les parecerá anti populista, y por tanto digna de elogio, La Resistencia de Sánchez a la exposición pública.