The Double

En la actualidad, muchos individuos llevan una careta para desviar la atención que recaería en ellos, una forma de evadir las responsabilidades frente a la sociedad. Son como fotocopias de sí mismos, dan una cara para demostrar que manejan todas las situaciones, cuando en realidad se lanzarían al vacío desde una vida sin objetivos ni brillantez.
El joven Simon, o James en su reflejo, interpretado por un actor que sigue creciendo como Jesse Eisenberg, se suma al curioso clan de los 'voyeurs' del cine, oteando las vidas paralelas que transcurren en el edificio de enfrente. 'The Double' es un ejercicio metafísico, complicado para los neófitos en películas de carácter surrealista, dónde todo lo que vemos tiene un doble sentido hacia la enfermedad de la actualidad, la soledad y la incomprensión. Es un mundo suicida de seres atrapados en la incomunicación y en los actos, moralmente, reprobables.
El director británico Richard Ayoade, compone con 'El Doble' su segundo largometraje tras 'Submarine' (ganadora al mejor guión del cine independiente británico), con calidad en las secuencias engañosas y maniobras de camuflaje en la personalidad de los protagonistas. Se acerca al mundo del trastorno bipolar, con dósis elevadas de esquizofrenia, fingiendo realidades que sólo existen en nuestra mente y en el protagonista, que posee el control único de la mirada del director. La película fue rodada hace un año, pero si nos fijamos en la actualidad española, bien podría ser una 'seria' parodia del caso de un chico que se hace pasar por otra persona y se codea con las figuras más representativas de la sociedad, solo que dirigido hacia la tragedia. Eisenberg, es decir Simon/James, esconde la trama en giros, jugando al despiste para hacernos creer lo que no sucede en realidad.
El autor Ayoade compone un guión alejado del tratamiento fácil. Adaptación de la obra de Fyodor Dostoevsky, refleja una vida repleta de inseguridades, trucos de cámara y angustia existencialista, pero alejándose de la política (cosa de agradecer ante el panorama actual) para decantarse por el mundo laboral y un lado oscuro de sensaciones o sentimientos. Y rodando en su ciudad natal, Londres, que pareciera sacada de un mundo tenebroso creado por los dos David, Lynch o Cronemberg, prácticamente irreconocible e irrespirable.
Para aumentar la extrañeza del espectador, se rodea de un reparto fantasmal con múltiples personalidades, creando un caos interpretativo y argumental, compuesto por Mia Wasikowska, James Fox o Noah Taylor entre otros. Simplemente, una mención especial al actor creador de voces en películas de animación e incombustible, Wallace Shawn, que bien merece un homenaje a su carrera. Toda la carga surreal se adorna con la banda sonora compuesta por Andrew Hewitt, autor de los coros épicos en 'El Señor de los Anillos', 'Harry Potter' o 'Star Wars'.
Sin embargo, la oscuridad paga su precio en la comprensión de la historia, convirtiéndose en una obra difícil para un público no especializado en temas filosóficos. Pues, poco a poco, el personaje de Eisenberg va cambiando del terror al drama personal, llegando a convertirse en una especie de 'Dr. Jeckyll y Mr. Hide' desmejorado, una caricatura de sí mismo, con tendencias a la exageración y la violación de las reglas de convivencia. Se convierte en la peor competencia que pudiera tener.
Al final, el creador y el monstruo son devorados por la oculta realidad, una verdad que se antoja algo artificiosa y atropellada. Pero no habría sido posible terminar de otra forma, a no ser que nos hubiera sumergido en el mundo caótico de la ciencia ficción o los sueños. Más bien, terribles pesadillas, sobre la condición del ciudadano moderno. Nota mental: "intentaré desarrollar esta idea más extensamente en mi primer libro". Sólo hay una salida posible.
Aviso a navegantes y amantes del cine digital, no será sencillo que vuestros ojos se acostumbren a tal oscuridad. Buen viaje.
* Interesante *