La calle Ferraz vuelve a ser el punto de encuentro de cientos de ciudadanos que han acudido a expresar su rechazo a la gestión del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al deterioro del Partido Socialista tras la dimisión de Santos Cerdán. La protesta, convocada a través de redes sociales, ha estallado como reacción a la falta de responsabilidades políticas reales ante los últimos escándalos que sacuden al Ejecutivo.
Los manifestantes han mostrado su indignación ante la maniobra anunciada por Sánchez: una auditoría externa de las cuentas del partido y una futura reestructuración de la Comisión Ejecutiva. Una medida interpretada por muchos como una cortina de humo para evitar afrontar de frente la gravedad de lo sucedido y diluir el coste político de la dimisión de quien fue su mano derecha en el aparato del PSOE.
Unas 600 personas, según datos de la Delegación del Gobierno, se han concentrado desde las 20:00 horas en los alrededores de la sede socialista tras la comparecencia de Sánchez, celebrada a raíz del levantamiento del secreto del informe de la UCO que implica a Santos Cerdán en presuntos cobros de comisiones ilegales. La afluencia ha obligado a la Policía Nacional a cortar el tráfico de la calle Ferraz, reubicando a los manifestantes en los cruces con Marqués de Urquijo y Buen Suceso.
A la concentración han asistido dirigentes de VOX como el portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith; la portavoz en la Asamblea, Isabel Pérez Moñino; la diputada Rocío de Meer; y el portavoz nacional, José Antonio Fúster. También ha estado presente el eurodiputado y líder de Se Acabó la Fiesta, Luis 'Alvise' Pérez. En el lugar se han escuchado cánticos como "es una mafia, no es un partido" o "tiene los días contados este tirano", junto a gritos exigiendo la dimisión del Gobierno. Entre los asistentes se han exhibido banderas de España, pancartas críticas con el Ejecutivo y también algunas enseñas franquistas y de la asociación juvenil 'Revuelta', vinculada a Vox.
Desde Ferraz, el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, ha instado públicamente al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, a presentar una moción de censura como forma de ejercer presión contra Sánchez. Ha recordado que Vox ya impulsó dos mociones anteriores —una con Santiago Abascal y otra con Ramón Tamames— y que, de haber contado con más apoyos, “no tendríamos ahora a la banda criminal en el poder”, en referencia al actual Gobierno.
La convocatoria ha tenido un notable eco en plataformas como X (antes Twitter), donde vídeos e imágenes del acto han circulado rápidamente acompañados de mensajes que acusan al Gobierno de ocultar la corrupción, proteger a sus afines y gobernar sin rendir cuentas. Numerosos usuarios han criticado, además, el silencio de buena parte de los grandes medios de comunicación y la cobertura mínima de RTVE, a la que acusan de funcionar como escudo propagandístico del poder.
Pese al carácter mayoritariamente cívico de la protesta, la presencia puntual de grupúsculos minoritarios de ideología neonazi —que exhiben simbología incompatible con los valores democráticos— puede empañar una movilización legítima protagonizada por miles de ciudadanos que expresan su hartazgo con la situación política actual. Su irrupción sirve al Gobierno y a los medios afines para desacreditar el conjunto de la protesta, desviando el foco de las razones reales del malestar.