Mear en público es constitucional

Los secesionistas que urdieron y dieron el golpe de Estado de 2017, están tranquilos, porque el presidente del Tribunal Constitucional -con la toga embarrada por el polvo del camino- Cándido Conde Pumpido, ha logrado sacar adelante, con la ayuda de su vicepresidente, Inmaculada Montalbán Huertas, un aval para la ley de Amnistía.
Hasta que llegó el de la toga polvorienta al Tribunal Constitucional, existía la cortés costumbre de que, si el presidente pertenecía al sector conservador, el o la vicepresidente, pertenecería al sector progresista. O al revés. Pero de los polvos del camino vienen estos lodos, y el actual presidente, dijo que ya valía de cortesías formales, y que, si él era progresista, la vicepresidenta, también, y menos mal que se habla con los magistrados del sector conservador, lo que demuestra que sabe controlar las emociones.
Uno de los argumentos intelectuales de doña Inmaculada -¡Inmaculada! ¡Sin mácula!- es que en la Constitución española no hay ningún texto donde se diga, de forma expresa, que están prohibidas las Amnistías. Y tiene razón. Ahora bien, con este criterio del Tribunal Constitucional han modificado el artículo 14 y los españoles ya no somos iguales ante la Ley, y queda claro que yo, como aragonés, participo en un golpe de Estado y estaría en la cárcel. ¿Digo golpe de Estado? Si no pago una multa de tráfico, me embargan las cuentas corrientes y, posiblemente, me quitaran el carnet de conducir. ¿Le han quitado el carnet de conducir a alguno de los golpistas del secesionismo catalán? Que se prueben, que los golpistas derriban del Gobierno a Pedro I, El Mentiroso.
Con estas interpretaciones del Tribunal "Constitu... ¿qué?" colijo que mear en público es perfectamente constitucional, porque no hay ninguna referencia a la prohibición de sacar el instrumento evacuador -los chicos- o levantarse la falda y hacer un hueco en la braga -las chicas- y ponerse a llevar a cabo un micción en la vía pública. (He puesto el ejemplo diferenciador de sexos, porque doña Inmaculada es una gran defensora de la igualdad de género, pero el aparato genital, e incluso las prendas interiores, todavía no se ha igualado.
No sé, he quedado con unos amigos, este fin de semana, para ponernos a mear constitucionalmente, en uno de esos bulevares con afluencia de público.
Y, si pasa algo, espero que nos concedan una amnistía en respeto a la urea y a las piedras en el riñón.