476 jóvenes madrileños inician peregrinación al Jubileo de la Esperanza en Roma
Un total de 476 jóvenes madrileños se reunieron recientemente en la sede de la Delegación de Jóvenes del Arzobispado de Madrid para comenzar su esperada peregrinación rumbo al Jubileo de la Esperanza en Roma.
Esta iniciativa forma parte del Jubileo de los Jóvenes convocado por el Papa Francisco, que reunirá a más de 1.900 peregrinos de la diócesis madrileña. La partida coincidió con el 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol, y estuvo marcada por la emoción, la fe y un fuerte sentido de comunidad eclesial.
Un comienzo lleno de entusiasmo
Desde primeras horas de la mañana, la explanada frente a la sede se llenó de jóvenes acompañados por sacerdotes, religiosos y familiares. El ambiente festivo y devoto precedió la salida de los 31 autobuses que partieron desde distintos puntos de la diócesis. Diez de estos vehículos salieron directamente desde la sede y fueron bendecidos en un emotivo acto presidido por el padre José Manuel Martínez, director del Secretariado de Infancia y Juventud. Esta bendición, conocida como la "bendición del peregrino", fue el acto espiritual que marcó el inicio del viaje.
Palabras que inspiran el camino
Durante la ceremonia, el P. José Manuel dirigió unas palabras de ánimo a los jóvenes: “El Señor nos va a acompañar”, afirmó, recordando el pasaje evangélico “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Este mensaje resonó con fuerza entre los presentes, en sintonía con el lema del Jubileo: Alégrense en la esperanza. La bendición no solo marcó un inicio físico del trayecto, sino también un arranque interior hacia una experiencia espiritual profunda.
Un espíritu alegre y unido
A pesar del madrugón, los jóvenes escucharon atentos la invitación a vivir esta peregrinación con alegría y apertura a Dios. El sacerdote subrayó que “peregrinamos todos como una familia”, destacando la fraternidad que une al grupo. Animó a los participantes a dejar que el Señor “vaya poniendo en nuestros corazones lo que Él quiere darnos” durante los doce días del viaje.
Primera etapa: rumbo a Barcelona
Con el corazón lleno de ilusión, los autobuses pusieron rumbo a Barcelona, primera etapa antes de cruzar hacia Italia. Esta peregrinación representa no solo un desplazamiento físico hacia Roma, sino también un recorrido espiritual que culminará con un encuentro inolvidable con el Papa y miles de jóvenes de todo el mundo. Para los peregrinos madrileños, es una oportunidad única de crecimiento interior, celebración de la fe y fortalecimiento del vínculo con la Iglesia.
