Dormir bien empieza cuando tu cama te sostenga de forma cómoda y constante. C
on los años, el colchón cambia, igual que cambian tus hábitos y tu cuerpo, por eso conviene revisar cada cierto tiempo si sigue respondiendo como el primer día.
Te contamos cómo detectar las señales importantes, cómo cuidar tu equipo de descanso y cuándo merece la pena renovar para volver a dormir a gusto.
A veces la pista está en lo que notas al tumbarte, así que si te “vas” hacia el centro, si aparecen hundimientos o cuesta encontrar una postura estable, el soporte ha perdido consistencia. La antigüedad también orienta, pues en general, entre los 8 y 10 años es buen momento para evaluar, antes si ha tenido mucho uso, si hay calor seco en casa o si ha cambiado tu peso. Todos son avisos de que toca cambiarlo; mejor aún si eliges colchones con envío gratis.
Hay señales más sutiles que se detectan al despertar, como rigidez lumbar o cervical que se pasa al rato, microdespertares o incluso chasquidos al moverte que sugieren que la estructura ya no acompaña igual. Si compartes cama o duermen mascotas contigo, revisa la superficie con más frecuencia, porque las capas superiores pueden deteriorarse antes y perder resiliencia.
También cuenta un embarazo, una lesión, entrenar más o trabajar con el portátil en la cama, aunque sea a ratos, porque modifican lo que necesitas de firmeza y acogida. En ese caso, planifica la renovación con calma y ten en cuenta la compatibilidad con tu base para que el cambio sea redondo.
Empieza por el aire, ventila a diario entre 10 y 20 minutos, abre la cama y deja que se seque la humedad de la noche. Si tu modelo lo permite, gíralo 180° cada 3 o 4 meses (y voltéalo si es de doble cara) para repartir presiones; un protector impermeable y transpirable evita manchas y facilita el lavado frecuente sin perder frescor.
La base es la otra mitad del descanso ya que una estructura estable evita pandeos y ruidos y ayuda a que el colchón mantenga su desempeño con el tiempo. Si el dormitorio va justo de metros, comprar canapés abatibles baratos es una solución práctica; ganas almacenaje y refuerzas la estabilidad de la cama en una sola pieza.
Completa la rutina pasando el aspirador suavemente una vez al mes, lava la ropa de cama a la temperatura adecuada y ajusta el abrigo según la estación para evitar sudoración excesiva. Si aun con buenos hábitos duermes 7–8 horas y te levantas sin energía, probablemente ha llegado el momento de renovar y elegir materiales que combinen soporte, ventilación y una acogida agradable.
Entonces, observa las señales, cuida tu equipo con rutinas simples y, cuando toque, elige un colchón y una base que encajen con tu forma de dormir y con tu casa.