El Teatro de la Zarzuela estrenó ayer, de nuevo, “Las Golondrinas” de José María Usandizaga en su versión operística con la mejor pareja de libretistas de la época, María de la O Lejárraga y su marido Gregorio Martínez Sierra. El director de escena italiano Giancarlo del Monaco, uno de los más solicitados de su generación, firma la producción de esta zarzuela. Se trata del mismo montaje que ya se estrenó en 2016 con muy buenas críticas y elogios por parte del público. Este mes se podrá ver del 9 al 19 de noviembre. Madrid Actual ha entrevistado a la mezzosoprano georgiana Ketevan Kemoklidze, que cantará el papel de Cecilia en el primer reparto.
Kemoklidze nació en Georgia, pero vive en Barcelona desde hace mucho tiempo. Ama a España y siente una gran conexión con nuestro país. Debutó en Madrid hace 13 años en el Teatro Real, y ha sido la primera georgiana en cantar en el Teatro de La Zarzuela con “La Tempestad” de Chapí. Considerada como una de las mejores intérpretes de Carmen en la actualidad, la mezzosoprano recibió el Premio Especial del Teatro alla Scala en el concurso H.G. Belvedere, y fue admitida en la Academia del Teatro alla Scala sin examen de ingreso. A lo largo de su carrera ha ganado varios concursos internacionales de canto, como el Domingo's Operalia, el Concourse International de Chant de la Ville de Toulouse o el Concurso Internacional Belvedere de Viena, entre muchos otros.
La vida de Kemoklidze ha sido enormemente variada. Por su fuera poco, debutó en el cine como Adriana Ferrarese (Donna Elvira) en la película del aclamado director español Carlos Saura “Io, Don Giovanni”, con la que ganó premios en varios Festivales Internacionales de Cine.
PREGUNTA:-¿Cómo empezó su amor por la música y por el canto?
RESPUESTA:-El amor por la música empezó cuando yo estaba seguramente en el vientre de mi madre. En Georgia siempre se canta. Nosotros somos gente de música y de canto. Por eso cuando hay problemas los georgianos cantan y cuando están felices también. Tenemos grandes tradiciones de canto y de música. Así que yo les pregunté a mis padres, ‘¿empecé primero a hablar o cantar?’. Dicen que antes de hablar yo empecé a cantar. Así que el amor por la música nace conmigo. Mis padres son científicos y profesores, no tienen profesionalmente nada que ver con la música. Pero como georgianos aman mucho el canto. Siempre me solían llevar al teatro y a conciertos.
P:-¿Y se acuerda de cuál fue el primer papel operístico que le marcó?
R:-Diría que era Amneris en la ópera “Aida”. Era muy pequeña cuando mi abuela me llevaba a la ópera. He visto Amneris desde que tenía 5 o 6 años. Entendí que ahí pasaba algo muy importante. Comprendí que yo no tenía que estar en la parte del público, sino en el escenario. Pienso que mi interés empezó en aquel exacto momento. Quería saber qué pasaba detrás de la escena.
P:-Ganó el Premio Especial del Teatro alla Scala en la competición H.G.Belvedere, que le permitió ingresar en la Academia del Teatro alla Scala sin examen de ingreso. ¿Diría que este es el verdadero punto de comienzo de su carrera internacional?
R:-Sí. No solo una carrera internacional. Para mí ha sido un punto de empezar a creer que yo podía ser cantante. En ese momento estaba estudiando economía en la universidad. Estaba pensando hacer unas prácticas en el Ministerio de Finanzas. Entonces gané el concurso H.G.Belvedere, en el que obtuve el Premio Especial del Teatro allá Scala y fui admitida en la Academia del Teatro allá Scala. También gané otros premios como el Concurso F. Viñas de Barcelona, el Concourse International de Chant de la Ville de Toulouse o los Concursos Nacional y de Juventudes Musicales de Georgia, entre otros. Con esto quiero decir que es en ese momento cuando tengo que decidir qué quiero hacer en mi vida. Después, pensé que todo este éxito tras los concursos tiene que significar algo, lo entendí como una señal para acercarme más a la música.
P:-¿Cómo lleva el éxito?
R:-Pienso que cuando uno se dedica a esta profesión tiene que aceptar el movimiento que genera a su alrededor. Gracias a Dios, el cantar a nivel profesional e internacional todavía suscita interés. La gente quiere saber cómo funcionan los cantantes hoy en día, su rutina. También debo decir que, de alguna manera, somos un poco “embajadores de la ópera” porque el género lírico no es tan popular y hay que intentar acercarlo a las personas. Cada vez hay más interés. Eso viene por la belleza de la música y también por las producciones muy interesantes que se están haciendo ahora. El interés por la ópera en la actualidad puede competir con otras artes como pueden ser el cine o el teatro. Es importante que nosotros, los cantantes, estemos al nivel porque el público tiene que elegir cuál es su ocio. Las personas tienen que quitarse ese prejuicio de que la ópera es un arte “antiguo”. Para nada. En la ópera se tratan muchos problemas de actualidad.
P:-Hoy en día hay dos visiones sobre la escenografía: la transgresora, por un lado, y la tradicional, por otro. Cada vez se intenta pensar en escenas modernas, trasladar las óperas en un tiempo más actual… ¿qué opina al respecto?
R:-Siempre hay una lucha de generaciones. Eso es algo muy normal. Seguramente, a mí no me gustarán cosas que se harán en 50 años, quién sabe. Intento siempre formar parte de los modernos (ríe). Estas ideas que no te gustan ahora son provocadas por la nostalgia de los tiempos que tú has vivido y pienso que es un proceso natural. También hay que destacar algo muy importante. Nosotros, los cantantes, en la ópera estamos muy limitados porque no podemos cambiar ni la música ni el libreto. Tenemos que ceñirnos a una realidad ya creada. Por eso, hay que preguntarse: ‘¿cómo puede la ópera entrar en la actualidad? ¿cómo puede responder a los retos de su tiempo?’ La única posibilidad es tratar de innovar en la escenografía. A mí me gusta cantar en una escena moderna y no tan moderna… (ríe). No estoy en contra de estas nuevas producciones. Por supuesto tienen que estar acorde con la dramaturgia musical. Y si consiguen tratar problemas actuales y atraer a público a la ópera, pienso que son “eficaces” y esto es algo maravilloso.
P:-Este mes de noviembre actuará en el rol de Cecilia en el Teatro de la Zarzuela. Ha sido la primera georgiana en cantar en el Teatro de la Zarzuela con “La Tempestad” de Chapí. ¿Cómo describiría su trabajo en las zarzuelas, en relación a otras grandes obras en las que ha actuado, como puede ser “Aida” o “Carmen”? ¿Cómo siente este género español?
R:-Pienso que la zarzuela es más complicada porque es más teatral y más dramática. No pasa en “Las Golondrinas”, pero hay zarzuelas que te piden bailar, con más actuación verbal. Se nos exigen muchas más cosas que nosotros en una ópera generalmente no hacemos. Ahora, al modernizarse la ópera, también es más teatral y no se concentra solo en la música. Pero, de todas maneras, la zarzuela es más amplia. Para mí, es algo maravilloso poder trabajar nuevos estilos y abrirme más puertas. Trabajar en nuevos repertorios es algo que me hace crecer y no ponerme límites. Es un placer poder cantar zarzuelas. Es un honor también para mi país porque yo soy la primera georgiana que canta en el Teatro de la Zarzuela y soy muy feliz por ello. Siempre estoy bromeando. Nací georgiana, pero en mi vida canté mucho en español, papeles de mujeres y hombres también. Por eso es normal que viva aquí. Estoy muy conectada con la cultura española y me siento parte de este país.
P:-Esta producción de “Las Golondrinas” del director de escena Giancarlo del Monaco se estrenó en 2016 con Daniel Blanco y él ahora cierra su etapa como director del Teatro de la Zarzuela con la misma. ¿Qué diría que es lo más destacable de esta producción?
R:-Así es. Estrenaron esta producción en 2016. Era la primera producción de Daniel Blanco y ahora se va con la misma. Por eso también es importante estar aquí. Le estoy muy agradecida a Blanco porque me abrió las puertas del Teatro de la Zarzuela y estoy aquí gracias a él. Además, es importante porque en esta producción Monaco habla de la violencia machista. Mis hijos estaban en el teatro cuando ensayábamos. Tuve miedo por si se asustan demasiado porque hay momentos en los que esta violencia se ve muy fuerte. Salieron muy impresionados. Mi hija, que tiene dos años, dijo que tenemos que llamar a la policía para “coger el malo”… Creo que es muy importante mostrar la realidad de estos temas.
Además, el maestro Juanjo Mena es vasco y el propio compositor José María Usandizaga también lo es. Lo digo porque los georgianos y los vascos tenemos una conexión. Dicen que hace millones de años los georgianos emigraron a tierras vascas... Por eso dicen que el nombre antiguo de Georgia es Iberia y ellos se llaman ibéricos. Todo confluye. Ahora Georgia confía mucho en el apoyo de España para obtener el estatus de país candidato a la UE. Espero que la gente que tenga que decidirlo, lo haga a favor porque si no estamos diciendo a Rusia que puede continuar con la guerra.
P:-¿Con qué dificultades se ha encontrado en su papel de Cecilia en esta zarzuela en particular?
R:-Hay óperas donde las palabras no coinciden bien con la música. En esta obra el acento musical viene perfectamente alineado con el libreto. La única dificultad que tengo en esta mujer es entender su motivación. Ella es artista. Nosotros, los artistas, no somos bipolares, sino multipolares (ríe). Ella también es así. Hoy quiere una cosa, mañana otra. Estoy buscando su lógica, pero pienso que finalmente ella es artista y por ello quizás no haya una lógica clara. Hay que entender su carácter para dar con la entonación y encontrar el canto. Musicalmente hablando no diría que sea un papel difícil. Diría que “La Tempestad” de Chapí era más difícil. Para mezzosoprano esta zarzuela no es difícil. Sin embargo, las partes de barítono y soprano son verdaderamente complicadas.
P:-¿Tiene algún ritual para antes y después de una actuación?
R:-Me santiguo siempre antes de una actuación. No diría que sean ritos, simplemente son cosas habituales que intento hacer siempre: dormir bien, estar callada lo máximo posible si mis hijos me dejan (entre risas). Siempre hago ejercicios de respiración y calentar la voz, pero no mucho más que eso.
P:-Ha cantado muchos personajes femeninos y masculinos también. ¿Con cuál diría que se siente más cercana y más cómoda?
R:-Puedes ser que con el rol de Carmen porque es un papel que he cantado mucho. Me siento cómoda.
P:-Grabó la película “Io, Don Giovanni” con Carlos Saura. ¿Cómo fue su experiencia cinematográfica y el trabajo con él?
R:-Era una persona grandiosa. Me acuerdo que venía para escuchar y para ver cualquier ensayo. Le tocara o no, él venía. Estaba muy enamorado de los cantantes de ópera. Decía con asombro que nosotros, los cantantes, siempre veníamos a los ensayos preparados (frente a la gente de cine, que está acostumbrada a rodar muchas veces: si no sale bien pueden grabar otra vez). Nosotros no tenemos este lujo. Tenemos que estar muy preparados. Él decía que admiraba nuestra motivación. Fue una persona maravillosa. Un artista excelente.
Cuando mi agencia me dijo ‘tienes casting con Carlos Saura’, yo no pude creérmelo. Dije ‘¿el mismo Carlos Saura? ¿El de la película “Carmen”?’ No me lo hubiera imaginado nunca. Trabajamos también con Vittorio Storaro, el director de fotografía. Pienso que los meses que estuvimos de grabación, yo estaba fuera de servicio (entre risas). A la derecha tenía Carlos Saura y a la izquierda a Storaro y no podía parar de asombrarme. Para mí, es un honor haber tenido la ocasión de trabajar con estos grandes profesionales.
P:-¿Qué músico ha sido una inspiración para usted?
R:-Una gran inspiración para mí ha sido el baile georgiano. El Ballet Nacional de Georgia “Sukhishvili” es magnífico. La profesionalidad y el control que tienen, sus coreografías, todas sus producciones artísticas me han inspirado desde pequeña. Hay días -cuando tengo que cantar y estoy un poco más floja (puede pasar, somos humanos)- que me pongo este grupo y, sin duda, se convierten en una gran motivación.
@estaciondecult | Fotos: Irma Sharikadze