El primer lunes del curso escolar ha venido acompañado de un importante reto para miles de madrileños: la reorganización de sus trayectos diarios por el cierre del tramo este de la Línea 6 de Metro, que permanecerá inactivo hasta el 31 de diciembre entre Moncloa y Legazpi.
La medida, que afecta al tramo más concurrido de la red, ha obligado a muchos usuarios a reformular sus rutinas, armarse de paciencia y confiar en el servicio especial de autobuses dispuesto por la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT).
Durante las primeras horas de la mañana, la afluencia de viajeros ha sido elevada, con colas visibles en puntos clave como Nuevos Ministerios, Avenida de América o Manuel Becerra. Según han explicado trabajadores de Metro desplazados a las paradas, el servicio ha transcurrido con cierta fluidez, aunque con gran afluencia y tiempos de recorrido significativamente más largos de lo habitual. Un trayecto entre Ciudad Universitaria y Legazpi ha llegado a superar los 50 minutos, debido tanto al tráfico como al tiempo de subida y bajada de pasajeros.
Uno de los puntos más afectados ha sido Ciudad Universitaria, donde el Metro suele ser el principal medio de acceso para miles de estudiantes. En la primera jornada del nuevo curso en la Universidad Complutense y la Politécnica, el cierre del suburbano ha generado dudas y cambios forzosos en la movilidad. La línea F de autobús urbano, que conecta Cuatro Caminos con los campus, ha funcionado durante toda la mañana a plena capacidad, absorbiendo a estudiantes llegados desde otras líneas como la 1 o la 2.
También se han formado colas considerables en otros puntos como Sainz de Baranda, donde trabajadores y estudiantes esperaban transporte hacia Méndez Álvaro o Conde de Casal. Las nuevas rutinas impuestas por las obras se han dejado notar en todos los tramos del recorrido, con usuarios visiblemente afectados por los retrasos y el volumen de personas.
A pesar del desconcierto inicial, muchos usuarios han colaborado entre sí para aclarar dudas y facilitar el acceso a los autobuses gratuitos. En varias ocasiones, desde las puertas traseras de los vehículos se han escuchado indicaciones a quienes hacían cola, recordando que el servicio es gratuito y que se puede subir también por la parte trasera, lo que ha aligerado en parte las esperas.
El ambiente en las paradas ha recordado al de una hora punta habitual del Metro: espacios repletos de gente, mochilas, prisas y empujones para acceder al transporte. La diferencia ha estado en el contexto: estaciones cerradas, escaleras clausuradas y la necesidad de adaptarse a un modelo provisional de movilidad que, con la vuelta al cole, ha añadido más presión al sistema.
El corte en el lado este de la Línea 6 coincide con la reapertura del tramo oeste, que ha finalizado su proceso de renovación integral. Con este avance, la Comunidad de Madrid defiende una mejora a largo plazo del servicio, con menos incidencias y trayectos más rápidos. En las estaciones ya reabiertas se han instalado carteles informativos sobre los nuevos cierres y las rutas alternativas disponibles.
En las paradas de la red que combinan con otras líneas, los accesos a la Línea 6 permanecen completamente clausurados, como ocurre en Cuatro Caminos o Méndez Álvaro, donde ya no es posible acceder ni siquiera a los ascensores o escaleras que conducían al andén de la circular. En este último caso, la estación continúa recibiendo a centenares de viajeros procedentes de la terminal de autobuses, quienes deberán optar por medios alternativos hasta fin de año.