Ayuso y Almeida despiden a Vargas Llosa tras su fallecimiento a los 89 años

la Presidenta del Gobierno regional, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, han lamentado este domingo la muerte del escritor y Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, fallecido en Lima a los 89 años. Ambos dirigentes han destacado su compromiso con la libertad y su huella en la literatura hispánica, además de recordar la estrecha relación del autor con Madrid.

“Lamento profundamente la muerte del Nobel Vargas Llosa, gran pérdida para la literatura universal. Me siento muy honrada por haber compartido tantos momentos con este hombre generoso y libre. Le echaremos mucho de menos”, ha escrito la presidenta madrileña en su perfil de la red social X.

En términos similares se ha expresado el alcalde de Madrid, que ha recordado su vinculación con la ciudad: “Profundamente el fallecimiento de Mario Vargas Llosa, Hijo Adoptivo de Madrid, defensor de la libertad. Las letras hispanas están de luto. Su legado literario y académico es imborrable”, ha afirmado Martínez-Almeida en la misma red social.

Mario Vargas Llosa falleció en la madrugada de este domingo en la ciudad de Lima, según ha confirmado su familia a través de un comunicado. No se ha detallado la causa del fallecimiento. “Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores alrededor del mundo, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás una obra que le sobrevivirá”, han señalado sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana.

Nacido en Arequipa (Perú) en marzo de 1936, Vargas Llosa fue una figura esencial de las letras hispanoamericanas y universales. Nacionalizado español desde 1993 y dominicano desde 2022, recibió el Premio Nobel de Literatura en 2010 por su trayectoria novelística y ensayística, caracterizada por una defensa constante del individuo frente a las imposiciones ideológicas.

A lo largo de su vida, Vargas Llosa mantuvo una estrecha relación con la ciudad de Madrid, donde residió en distintas etapas y desarrolló buena parte de su carrera intelectual y académica. Fue distinguido como Hijo Adoptivo de la capital y formó parte activa de la vida cultural y cívica española.

En los últimos meses, había reducido considerablemente sus apariciones públicas, aunque su figura seguía siendo objeto de homenaje y atención por parte del mundo literario, político y académico. Su fallecimiento ha provocado una oleada de reacciones entre escritores, lectores e instituciones de ambos lados del Atlántico.