El acoso escolar está muy presente en Madrid, especialmente entre adolescentes

Un estudio del Observatorio Social de la Fundación La Caixa ha revelado que cerca del 50% de los adolescentes madrileños, de entre 12 y 16 años, ha presenciado situaciones de acoso escolar dirigidas a compañeros.
Estas acciones van desde burlas hasta insultos, y están motivadas principalmente por razones como la pertenencia a minorías étnicas, el aspecto físico o la orientación sexual.
Las manifestaciones más comunes de discriminación observadas por los adolescentes incluyen referencias despectivas al color de piel, al sobrepeso o a preferencias sexuales no normativas. Estas son las formas más visibles de exclusión, según el informe titulado La estigmatización y la discriminación como factores de vulnerabilidad en la adolescencia, publicado en mayo.
Discriminación sutil, pero frecuente
El estudio, basado en una encuesta a 1.000 adolescentes de toda España, señala que las formas más visibles de acoso, como insultos o agresiones, son fácilmente detectables por los jóvenes. Sin embargo, muchas otras formas de discriminación más sutiles pasan desapercibidas aunque son igualmente dañinas.
Según Clara González, autora principal del informe y profesora de Psicología en la Universidad de Valladolid, lo más común es que los adolescentes detecten las burlas y los insultos, pero que sufran aún más las actitudes discriminatorias encubiertas. Entre ellas, destaca que otras personas actúen como si fueran superiores o menosprecien su inteligencia.
Datos preocupantes en Madrid
En el caso concreto de la Comunidad de Madrid, un 33% de los encuestados afirma haber sido tratado con condescendencia de forma habitual. Además, un 16% asegura haber sentido que se subestimaba su inteligencia, cifra que empata con aquellos que perciben un trato con menos respeto que a otros.
Otros comportamientos frecuentes incluyen el uso de motes despectivos (14%) y un trato con menos cortesía o educación (12%). Aunque menos frecuentes, las conductas más graves, como las amenazas o agresiones físicas, afectan al 6% de los adolescentes, una cifra que González considera “relativamente alta”.
La normalización de estas actitudes en la vida cotidiana preocupa a los expertos. “Esto ocurre porque no se toman medidas ni preventivas ni sancionadoras”, advierte la profesora.
Mayor incidencia en entornos urbanos
Una de las conclusiones más destacadas del estudio a nivel nacional es que la discriminación es más frecuente en grandes ciudades —de más de 200.000 habitantes— que en poblaciones pequeñas. En estos entornos urbanos, el 41,7% de adolescentes con enfermedades físicas, discapacidades intelectuales o trastornos mentales afirma sentirse discriminado, frente al 33,6% en municipios con menos de 10.000 habitantes.
Esta diferencia se atribuye, según González, a que en las grandes urbes hay una mayor presencia de adolescentes “no normativos”, lo que eleva la probabilidad de que se manifiesten actitudes discriminatorias.
Impacto en la calidad de vida
Aunque el informe no se centra específicamente en el impacto académico de estas formas de discriminación, sí alerta sobre sus consecuencias en el bienestar general de los adolescentes. “Aquellos que tienen problemas de salud no solo deben enfrentarse a su condición, sino también a la exclusión social que esta puede generar, lo que los hace doblemente vulnerables”, indica el texto.
Ante esta realidad, el estudio subraya la importancia de la inclusión escolar como herramienta para combatir la discriminación. González reclama la implementación de más programas de prevención y campañas educativas que favorezcan un entorno más equitativo para todos los adolescentes.