Los otros dulces de la Semana Santa en Madrid
Las pastelerías artesanas de la Comunidad de Madrid se preparan para una Semana Santa dulce y muy activa. Más de un millón de productos típicos de estas fechas, como huevos de Pascua, monas, pestiños o bartolillos, se espera que se vendan en los cerca de 600 establecimientos del sector, además de las tradicionales torrijas, que siguen siendo el producto estrella.
Así lo han destacado representantes institucionales y del gremio pastelero durante una demostración del proceso de elaboración artesanal de los huevos de Pascua en el Horno Hernani. La delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, ha reivindicado la importancia de estas tradiciones, también desde el plano gastronómico. “Evidentemente, la Semana Santa tiene su parte de devoción, tradición y cultura, pero tiene también su parte gastronómica. Las monas también están abriéndose camino, aunque competir con la torrija es muy difícil”, ha afirmado.
Rivera de la Cruz ha recordado cómo este tipo de dulces se convierten en parte del recuerdo familiar, especialmente los huevos de Pascua que traían los abuelos o las visitas. “Es realmente un acontecimiento de primera magnitud tanto desde el punto de vista tradicional y religioso, como cultural”, ha añadido, poniendo en valor la colaboración entre instituciones, cofradías y hermandades para impulsar la Semana Santa madrileña.
Los huevos de Pascua, elaborados con chocolate blanco, negro o con leche, decorados a mano o con moldes creativos, representan una costumbre relativamente reciente en España. Su origen se remonta a principios del siglo XIX en Francia y Alemania, donde se consolidaron como símbolos de celebración familiar.
El presidente de la Asociación de Empresarios y Artesanos del sector de Pastelería de Madrid (Asempas), Jonatan Yagüe, ha explicado que los huevos de Pascua siguen ganando protagonismo, especialmente entre los más pequeños. “Es un producto que se tiene en todas las pastelerías artesanas como el más ligado a la Semana Santa. Obviamente, la torrija se pide muchísimo más, pero los niños siempre quieren huevos de Pascua”, ha señalado.
Además, ha animado a las empresas a sumarse a esta tradición. “Una entidad ha comprado más de 100 huevos para esconderlos en la oficina y dar una sorpresa a los trabajadores. Es una iniciativa maravillosa que tendríamos que extender para tener una tradición mucho más viva”, ha sugerido.
Yagüe ha lamentado que muchos consumidores desconozcan el esfuerzo y la dedicación que hay detrás de estos productos artesanales, elaborados uno a uno en los obradores madrileños. “No se trata de productos industriales, sino de piezas trabajadas con mimo y detalle, pensadas para hacer disfrutar tanto a niños como a mayores”, ha subrayado.
