Normalidad en Valdemoro ante el foco de coronavirus

Los vecinos de Valdemoro intentan hacer su vida con cierta normalidad tras la detección, el jueves pasado, de 16 casos de coronavirus en el Centro Municipal de Mayores, con lo que el municipio se ha convertido en uno de los principales focos de la epidemia en la Comunidad de Madrid.
La mayoría asume cierta preocupación con respecto al virus y tiene una opinión muy positiva del trabajo que realiza el Hospital Infanta Elena de Valdemoro, donde ayer se vivió una “situación complicada” que derivó en el traslado de varios pacientes al Hospital de Getafe, al Doce de Octubre y a la Fundación Jiménez Díaz.
“Yo no vi ninguna situación complicada”, explica a EFE una mujer que tiene a su padre ingresado en el centro, al que accedió “con síntomas de gripe y con una enfermedad respiratoria de base, que se le ha complicado con un problema de corazón”.
Con guantes de látex, la hija de este paciente, procedente de una residencia de personas mayores de Valdemoro, señala que su padre dio negativo en el coronavirus, pero que “lo han puesto en una zona de sospecha, que es mucho más restrictiva, porque tiene una enfermedad pulmonar”.
El Hospital Infanta Elena de Valdemoro ha establecido un sistema de visitas a última hora de la mañana y última hora de la tarde, aunque los familiares que lo deseen pueden acompañar a sus pacientes “sin salir mucho de la habitación” y cumpliendo todos los protocolos.
El centro hospitalario, gestionado por el Grupo Quirón y adscrito a la red pública de la Comunidad de Madrid, presentaba esta mañana un aspecto de absoluta normalidad. Los pacientes entraban y salían de sus consultas con los especialistas, las cafeterías y tiendas de periódicos y flores permanecían abiertos y en admisión e información se atendía a los usuarios, en algunos casos con mascarilla.
“Yo no tengo queja de este hospital. Hombre, respeto se tiene, no se viene como antes, llevamos mascarilla por si hay que ponérsela. Hay mucho miedo, pero hay que hacer la vida normal”, comentan dos pacientes procedentes de San Martín de la Vega, que tienen en el Infanta Elena su hospital de referencia.
Por lo demás, la ciudad, cercana a los 80.000 habitantes, sigue con su día a día, a pesar de las restricciones que se están imponiendo en aquellas actividades que suponen una alta concentración de personas, tal y como explican desde el Ayuntamiento, que decretó el viernes la suspensión de las actividades culturales y deportivas previstas para el fin de semana.
Paquita es una de las usuarias del centro, al que acude a recibir clases de pintura y de yoga, que ahora practica en casa: “Estoy preocupada por la gente que le ha tocado y espero que no me toque a mí”, confiesa a las puertas del hospital, al que ha acudido a la consulta de Traumatología.
“El fin de semana ha sido muy malo, el sábado apenas tuvimos gente”, relata a EFE la camarera de un bar próximo a la Residencia de Personas Mayores Nuestra Señora del Rosario, de la que no ha visto salir a los usuarios en este fin de semana.
Esta es una de las cuatro residencias de mayores con que cuenta el municipio, que al igual que el resto de centros de la Comunidad de Madrid, han visto limitadas las visitas para evitar la propagación de la Covid-19.
Jesús Valbuena Blanco