Visto para sentencia

 Visto para sentencia

Sánchez ha conseguido inocular en la opinión pública la fundada sospecha de que la Fiscalía actúa por obediencia debida al Gobierno ("pues, eso. .."). Por suerte, aunque están en ello, el Ministro Bolaños y su fiscal general todavía no han llevado al BOE su idea de poner la investigación judicial en sus manos, no en las de un juez de instrucción.

¿Se imaginan ustedes que el proceso indagatorio de un supuesto delictivo de García Ortiz, que acaba de ventilarse en vista pública, hubiera estado dirigido por sus subordinados? ¿Se imaginan que la UCO hubiera estado a las órdenes de la Fiscalía y no del juez Hurtado?

El asunto está visto para sentencia. Una de dos. Una, condena porque sobraron pruebas y convicción moral de que el fiscal general filtró o mandó filtrar datos secretos a instancias de La Moncloa. Otra, fallo absolutorio porque sobró convicción moral, pero faltaron pruebas.

Sería escandalosa una absolución con todos los pronunciamientos morales y probatorios a favor de García Ortiz, porque es muy tozuda la realidad que lo señala y muy negra la sombra de su complicidad política con el Gobierno de Sánchez. Imposible compensar lo uno y lo otro con su sentenciosa apelación que tomó prestada al final del juicio: "La verdad no se filtra, la verdad se defiende".

Ya, pero no hacía falta cometer un delito. Niega haberlo cometido, aunque no niega que alguien lo cometiera. El culebrón esconde una violación del principio de legalidad. De ahí su mala conciencia. Eso le impidió responder a las acusaciones particulares, a borrar el historial de su móvil y a no colaborar con el juez instructor.

Si niega haber filtrado información confidencial es por saber que es pecado en el Código Penal. Trató de convencer al tribunal de que no fue él quien filtró los datos protegidos del novio de Ayuso. Ergo, lo hizo alguien de la Fiscalía. Pero no consta que él, como primer baluarte en defensa de la legalidad, buscase al presunto delincuente. No solo no lo hizo, sino que dio alas a la filtración porque así lo exigía la defensa de la verdad.

En este punto me parece relevante valorar el calibre de la mentira (el fin) en relación con la artillería utilizada (los medios) en destripar un bulo. Solo el pulso político entre Ayuso y Sánchez, Sánchez y Ayuso, explica la desproporción. Tanto la mentira como el mentiroso (M.A. Rodríguez, brazo mediático de Díaz Ayuso) no justificaban ni de lejos la comisión de un delito en el seno de la Fiscalía. Pero se impuso la batalla de los "relatos" y el fiscal se la jugó en defensa de su amo. Así se explica que una mentira irrelevante diera lugar a un caso de mayor cuantía: la autoflagelación del Estado. Sobre todo, cuando ya se ha demostrado que no hacía falta filtrar el famoso correo, o sus entrecomillados, para dejar por mentiroso al jefe de gabinete de una presidenta regional.


Madrid Actual no se hace cargo de las opiniones de sus colaboradores, que no tienen por qué coincidir con su línea editorial.

Publish the Menu module to "offcanvas" position. Here you can publish other modules as well.
Learn More.