Desplazado, enfermo y abandonado sin medicación

Señor director:
Soy un ciudadano madrileño desplazado temporalmente por vacaciones a otra provincia de España y me he quedado sin medicación habitual por un fallo grave en la atención sanitaria de la Comunidad de Madrid. Mi tratamiento requiere recetas que se renuevan cada año. Acudí a una farmacia a por mi medicación y fue entonces cuando descubrí que todas las recetas estaban caducadas. No me lo podía creer.
Intenté solucionarlo como cualquier persona razonable: pedí cita médica telefónica a través de la aplicación de la Seguridad Social de la Comunidad de Madrid. La primera fecha disponible para que me llamen por teléfono: el 28 de agosto. En plena ola de calor, con el verano avanzado, y sin poder esperar semanas, me dirigí telefónicamente a mi centro de salud habitual, en la calle Emisora de Pozuelo de Alarcón. Desde allí, un administrativo inflexible me explicó que la renovación de las recetas tenía que ser presencial.
Respuesta literal: que si no era presencial, no se podía hacer nada. Que estoy lejos, que me “busque la vida”, que vaya a un ambulatorio de la provincia en la que me encuentro a ver si algún médico —por pura voluntad— quiere hacerme una receta para una medicación que, insisto, es habitual, controlada y ya prescrita. A pesar de mis explicaciones, solo obtuve evasivas. Y cuando recordé que otras veces mi propio médico me lo resolvió en una simple llamada telefónica, su contestación fue tajante: “eso no se puede hacer”.
Resultado: estoy a varios cientos de kilómetros de mi centro de salud, necesito medicación importante y nadie me ofrece una solución real. ¿Esto es la calidad asistencial que garantiza la Comunidad de Madrid? ¿Así trata su Sanidad a los pacientes desplazados? ¿Así se protege la continuidad de los tratamientos en verano?
Que responda la Consejería de Sanidad. Pero que lo haga con algo más que excusas administrativas. Porque esto no es solo falta de atención. Es negligencia.
Atentamente,
AGF