Santiago Lorenzo (Portugalete, Vizcaya, 1964), autor del libro superventas “Los Asquerosos” (más de 200.000 ejemplares vendidos desde 2018), vuelve a sorprender con su última novela, “Tostonazo” (Blackie Books).
Lorenzo comenzó su carrera artística en el ámbito del cine, donde obtuvo reconocimiento como el Goya al Mejor Corto de Animación en 1995 o el Premio FIPRESCI en el Festival de Cine de Londres en 2001. Tras haber trabajado como director, guionista y diseñador de escenografía, abandonó el séptimo arte por la literatura donde ha encontrado la libertad necesaria para poder desarrollar su vocación. Coherente con esta filosofía de vida, vive retirado en una aldea segoviana de menos de 20 vecinos , escribiendo a placer, con sus tiempos y sus normas, prácticamente ajeno a las críticas y al éxito de sus publicaciones.
“Tostonazo” presenta a un hombre que deambula por la vida sin mucho más rumbo que el de casa al bar y del bar a casa, hasta que, precisamente en una taberna, tiene un encuentro fortuito con un “pez gordo” del cine. Así, fruto de esta casualidad, el protagonista consigue un trabajo como meritorio en el rodaje de una película. Pronto siente admiración por ese mundo, en el que encuentra la motivación que le cambiará la vida. A medida que el libro avance irá relatando cómo es el día a día en su nuevo empleo y cómo evoluciona el rodaje al que tanto se entrega. Asimismo , relata sus hazañas con Sixto, un curioso personaje que le produce tanto rechazo como fascinación. En esta novela, al igual que en “Los Asquerosos”, muestra su amor por la sencillez y la austeridad de la vida rural.
Pero no hay que confundirse. No se trata de una obra acerca del cine, sino de las personas. En concreto, el libro habla de ese tipo de individuos que estropean las cosas, de los “inútiles” que sin saber hacer nada se promocionan como los mejores en todo; ellos solo incordian, son los “tostonazos” a los que alude el título del libro. Como Sixto, que en sus ansias por ser una estrella en un oficio para el que carece de capacidad, en el que se ha introducido por enchufe, hace y deshace a su antojo, incluso subyugando la voluntad del director. Una crítica a los lastres de la sociedad que usurpan los oficios de quienes realmente tienen el talento para ejercerlos. Un libro hecho desde el humor y la ironía, aunque siempre, con cierta ternura.
Esta novela no solo critica cierto intrusismo en el sector del cine, sino en todos los ámbitos en general. Es un canto a la autonomía, a la belleza de las cosas pequeñas y sencillas hechas al modo propio. Esta particular oda a la vida retirada, no está exenta de crítica política, siempre con un tono de rebeldía sutil.
Quienes hayan leído “Los Asquerosos” reconocerán esa voz propia tan singular de Santiago Lorenzo. Con un impecable dominio de la lengua española, el autor juega con el lenguaje, al mismo tiempo sencillo, con cierto tono castizo, pero con lirismo y elegancia, demostrando asaz ingenio. Sorprende cómo a través de la originalidad de sus expresiones, del tono humilde del narrador y del uso de una sorna natural, consigue transformar el agravio en literatura.
Una lectura ligera, entretenida, de las que hacen reír a carcajadas. Un libro que plantea que quizás haya modos alternativos de ver la vida, que a lo mejor las cosas se pueden hacer de una manera diferente. Una historia muy humana con la que todas las personas se podrían sentir identificadas, pues, ¿quién no ha tenido que enfrentarse con algún “tostonazo” a lo largo de su vida?