La tradición de los tres Reyes Magos es una de las más arraigadas en España, y también una de las más esperadas por todos los niños en Navidad. Despertarse el 6 de enero con todos los regalos es una de las cosas que más felices les hacen. Pero a veces las tradiciones no están del todo completas.
Melchor, Gaspar y Baltasar partieron hacia Belén para venerar al Niño Jesús y entregarle diversos obsequios. No obstante, a lo largo de los años ha ido cobrando peso una idea que podría cambiar la historia de los Reyes Magos, sacada de diversos textos antiguos. Algunas teorías afirman que un cuarto Rey Mago, llamado Artabán, estaba destinado a acompañar a Melchor, Gaspar y Baltasar a conocer al Niño, guiados por la Estrella.
Sin embargo, Artabán nunca llegó a encontrarse con los tres Reyes Magos. La teoría más extendida expone que los cuatro reyes debían encontrarse en Borsippa, una ciudad de Mesopotamia, y emprender desde ahí su camino hacia Belén. Artabán se dirigía hacia allí cuando un hombre herido y débil solicitó su ayuda. El cuarto rey se encontró ante un dilema: si se paraba a ayudarle, no llegaría a tiempo a Borsippa. Finalmente, Artabán decidió curar al hombre y continuar su viaje.
Cuando Artabán llegó a Borsippa, Melchor, Gaspar y Baltasar ya habían partido a Belén. No obstante, el rey quiso seguir su viaje para conocer a Jesús y entregarle las piedras preciosas que llevaba. Una vez que llegó a Belén, la Virgen María y San José ya habían puesto rumbo a Egipto, para evitar la matanza del niño que ordenó Herodes.
Artabán comenzó entonces un largo viaje para conocer a Jesús. Durante el viaje fue encontrándose con personas que pedían su ayuda, y Artabán se vio incapaz de negársela. Así transcurrieron 33 años cuando Artabán llegó al monte Gólgota, para asistir a la crucifixión de Jesús, el Mesías enviado por Dios.
El cuarto Rey Mago llegó sin piedras preciosas, ya que las había ido entregando a todas las personas a las que había socorrido. Una vez frente a Jesús, le suplicó su perdón por no haber llegado a tiempo a adorarle. Jesús le contestó: "tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, estuve enfermo y me curaste, me hicieron prisionero y me liberaste".
Artabán, sorprendido y cada vez más débil, le preguntó cuándo había hecho todo aquello si no le había llegado a conocer. Entonces, el Mesías le respondió que cada vez que había ayudado a una persona le había ayudado a él. Finalmente, lo último que Artabán escuchó antes de morir fue: "hoy estarás conmigo en el reino de los cielos".