Madrid licita la renovación integral del Teleférico con una inversión de 36,8 millones de euros

La Empresa Municipal de Transportes (EMT Madrid) ha sacado a licitación la renovación integral del Teleférico con un presupuesto base de 36,8 millones de euros. El contrato, adjudicado mediante procedimiento abierto, contempla tanto la redacción del proyecto de ejecución como la realización de las obras necesarias para reformar en su totalidad esta histórica infraestructura, incluyendo el sistema de transporte por cable, sus elementos técnicos y las terminales de Pintor Rosales y Casa de Campo.
El proyecto surge como solución al estado de desgaste que presenta la instalación, que obligó a suspender el servicio en 2022 tras una inspección del cable con resultado desfavorable. El contrato cuenta con un valor estimado de 31,9 millones de euros, dividido en dos fases: la primera, con un presupuesto de 690.703 euros, se destinará a la redacción del proyecto visado; la segunda, dotada con 29,7 millones, cubrirá la ejecución de las obras, siendo la instalación electromecánica uno de los capítulos de mayor coste.
El contrato contempla un plazo de ejecución de 26 meses desde su formalización. Los trabajos se desarrollarán en dos etapas: una primera de catorce meses dedicada al proyecto y ejecución material de las obras, y una segunda de dos meses, tras la finalización, que incluirá la puesta en marcha del sistema, su seguimiento inicial y la primera revisión anual a cargo del fabricante.
El plan de reforma incluye la instalación de un nuevo sistema tecnológico que permitirá un funcionamiento completamente automático y seguro. Además de sustituir todas las cabinas, se acometerá una renovación integral de las estaciones y se garantizará la accesibilidad universal. El nuevo modelo de explotación tendrá un marcado perfil turístico, funcionando con energía limpia y generando un nivel mínimo de emisiones sonoras.
Inaugurado en junio de 1969 por el entonces alcalde Carlos Arias Navarro, el Teleférico de Madrid fue concebido como una infraestructura de recreo y observación con una longitud de 2.500 metros y un trayecto elevado a 40 metros sobre el suelo. Conectando el paseo del Pintor Rosales y la Casa de Campo, sus vistas han sido uno de los principales reclamos turísticos de la capital. Su construcción, bajo supervisión del Ministerio de Obras Públicas y ejecutada con tecnología Suiza de Von Roll, culminó en un año tras una inversión inicial de 100 millones de pesetas.