El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha desmentido que España disponga de una cláusula de exclusión para eludir el compromiso de gasto militar que se pactará en la cumbre de La Haya. En la rueda de prensa previa al encuentro de líderes, ha subrayado que en la Alianza «no hay cláusulas de exclusión y no entiende de pactos o acuerdos paralelos», en referencia a la carta que envió al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asegurando que se permitiría a España marcar su propia senda de gasto.
Según Rutte, los objetivos militares pactados por los aliados requieren que España invierta al menos un 3,5 % de su PIB en Defensa, frente al 2,1 % que considera suficiente el Ejecutivo. «España cree que puede alcanzar esos objetivos con un porcentaje del 2,1 %. La OTAN está absolutamente convencida de que España tendrá que gastar un 3,5 % para conseguirlo», ha afirmado.
Durante su comparecencia, Rutte ha insistido en que existe un acuerdo a nivel de embajadores para fijar un mínimo del 5 % del PIB en gasto de defensa. Ha considerado este compromiso como una gran noticia para cumplir con los objetivos establecidos, como el refuerzo de los sistemas antiaéreos. Asimismo, ha recordado que los países deberán informar sobre la evolución de su gasto y que habrá una revisión de la situación en 2029.
Estados Unidos ha respaldado esta línea exigiendo que todos los aliados, sin excepciones, se comprometan con el objetivo del 5 %. Así lo ha señalado el embajador estadounidense ante la OTAN, Matthew Whitaker, al afirmar que «la OTAN está en camino de lograr un compromiso histórico, cada aliado se compromete a gastar al menos el 5 % de su PIB en defensa».
Aunque la declaración de la cumbre será aprobada por consenso entre los 32 miembros, fuentes aliadas advierten que la carta de Rutte a Sánchez debe entenderse como un gesto de consumo interno para el presidente español, sin consolidar una excepción formal ni fijar un listón de gasto diferente para España. Estas mismas fuentes aseguran que el acuerdo incluye cierta ambigüedad constructiva en el lenguaje, evitando especificar que todos los aliados cumplirán exactamente con el 5 %.
El Gobierno español sostiene que su compromiso está vinculado al cumplimiento de los requerimientos militares pactados por los aliados y no a una cifra concreta. Desde Moncloa se insiste en que dedicar el 2 % del PIB a Defensa aporta fondos suficientes para cumplir con los objetivos acordados, especialmente en lo que respecta a capacidades navales, infraestructuras y logística militar.