¿Qué ver y hacer en Cercedilla?

Cercedilla es un bonito municipio situado al noroeste de la Comunidad de Madrid. Se encuentra en la Sierra de Guadarrama y cuenta con 7.359 habitantes según el INE de 2021.
Las ciudades inmediatamente vecinas son Los Molinos y Navacerrada en la Comunidad Autónoma de Madrid, y Espinal y San Ildefonso Real en la Provincia de Segovia.
La ciudad también se encuentra en el Camino de Santiago de Madrid. La ciudad está situada a 57 kilómetros de la capital. Cercedilla está rodeada por varias montañas de la Sierra de Guadarrama, como la Peña del Águila, la Peñota, La Bola del Mundo y los Siete Picos.
Otro punto de interés es el puerto de Navacerrada, donde hay una estación de esquí, a 8 km de Cercedilla. Hay un ferrocarril de vía estrecha al sur de los Siete Picos, que une Cercedilla y el puerto de Navacerrada, pasando por un túnel en las faldas de Segovia hasta el puerto de Cotos.
Conocido como Ferrocarril Eléctrico del Guadarrama o Ferrocarril de Cotos, este tren forma parte de la línea C-9 de Cercanías Madrid, que destaca sobre otras redes por su carácter turístico. En la ciudad de Cercedilla se encuentran las siguientes estaciones: Cercedilla (donde se une la línea C-8b con la C-9), Cercedilla Pueblo, Las Heras, Camorritos, Siete Picos y Puerto de Navacerrada.
El origen de Cercedilla fue un paso y asentamiento en la antigua calzada romana que unía Titulcia con Segovia, en la llamada Vía Antonina. Unos cuatro puentes a lo largo de la carretera están en buenas condiciones.
Puedes ver con más detalle el denominado Puente del Descalzo situado en las zonas de Dehesas de Cercedilla, Puente del Reajo, Puente de la Venta y Puente de Enmedio. Tras la caída del Imperio Romano y la llegada de los bárbaros, Cercedilla se mantuvo estable. Fue conquistada por el Señorío de Santillana. Ya contaba con una parroquia fija en 1550.
La actividad turística en Cercedilla comenzó a desarrollarse con cautela a finales del siglo XIX, con el establecimiento de algunas urbanizaciones enfocadas al turismo rural y de verano. Pero a mediados del siglo XX, el pueblo cambió casi por completo.
La apertura del tranvía al puerto de Navacerrada y posteriormente a Cotos, el desarrollo de los Deportes de invierno y el crecimiento económico general permitieron a la clase media disfrutar de una segunda casa en la montaña.
Este hecho cambió la actividad económica de los vecinos y provocó que una avalancha de veraneantes se uniera a la tradición, algunos de ellos como Santiago Ramón y Cajal, Vicente Alessandre, Luis Rosales, y otros más distinguidos como Gloria Fuertes, María Jesús Miranda López, o Joaquín Sorolla, que pasó sus últimos años en Cercedilla.