La selección femenina de fútbol de España se enfrentará este domingo a Inglaterra en la final de la Eurocopa que se celebra en Suiza.
Inglaterra, actual campeona, es un adversario bien conocido por las españolas, ya que se han enfrentado en varias ocasiones desde 2022. El equipo inglés se caracteriza por su capacidad competitiva y su peligroso ataque, aunque ha mostrado menos solidez defensiva de lo habitual. Además, cuenta con la experiencia de Sarina Wiegman en el banquillo.
Al igual que en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda hace dos años, ambos equipos se encuentran nuevamente con un título en juego. En aquella ocasión, España se encontraba en una situación novedosa, mientras que Inglaterra disputaba su segunda final consecutiva tras haber ganado su primer trofeo en la Eurocopa celebrada en su país un año antes.
En ese torneo, Inglaterra eliminó a España en un reñido partido de cuartos de final que se decidió en la prórroga. Sin embargo, en el Mundial de Oceanía, las inglesas cayeron ante un gol de Olga Carmona y fueron dominadas por las españolas, quienes desaprovecharon un penalti en la segunda mitad que podría haber sentenciado el encuentro. Hasta este 2025, no se habían vuelto a enfrentar, y esta final de la Eurocopa será su tercer enfrentamiento en apenas cinco meses, tras los dos partidos de la Liga de Naciones, con una victoria para cada equipo en sus respectivos territorios.
Inglaterra partía como una de las favoritas para llegar lejos en Suiza y ha cumplido con las expectativas, aunque no ha mostrado la misma solidez que en los dos últimos grandes torneos en los que alcanzó la final. Esto se debe, probablemente, a que no ha alcanzado su mejor nivel defensivo y su ataque ha funcionado de manera intermitente, dependiendo de su carácter y garra. Este deseo de no rendirse en ningún momento le ha permitido llegar a Basilea para un partido donde lo anterior ya no importa.
La campeona actual también ha acumulado más desgaste, ya que ha tenido que disputar dos prórrogas, en cuartos de final contra Suecia y en semifinales contra Italia. Además, en más de la mitad de los encuentros del torneo, ha tenido que remontar, ya que comenzó perdiendo ante Francia y en las dos eliminatorias. Sin embargo, en estos tres partidos, terminó asediando a sus rivales y cuenta con recursos en el banquillo para cambiar el rumbo de los encuentros.
Sarina Wiegman, al igual que Montse Tomé, ha mantenido un bloque bastante reconocible, con pocos cambios, aunque parece que modificó un poco su planteamiento tras la derrota ante Francia en el debut. En ese encuentro, comenzó con una alineación muy ofensiva, con Lauren Hemp, Alessia Russo y Beth Mead en ataque, además de Lauren James. Posteriormente, optó por una estrategia más equilibrada, introduciendo una centrocampista adicional en lugar de la máxima goleadora de la Eurocopa anterior.
No obstante, ese equilibrio no ha sido del todo eficaz y la defensa ha mostrado cierta debilidad, un aspecto que España, con su potente ataque, podría aprovechar. Las inglesas solo han mantenido su portería a cero en una ocasión durante la EURO, en el partido contra Países Bajos (4-0). Además, han comenzado perdiendo en tres de sus cinco encuentros, y su guardameta, Hannah Hampton, ha sido decisiva en varias ocasiones.
En este contexto, la campeona de Europa parece haber sentido la ausencia de la experimentada central Millie Bright, quien decidió tomarse un descanso por agotamiento mental y físico. Sin la jugadora del Chelsea, Inglaterra ha visto reducido su nivel defensivo, a pesar de contar con Leah Williamson, central del Arsenal FC, campeona de la Liga de Campeones, y Alex Greenwood, otra defensora de gran nivel.
Otra veterana, Lucy Bronze, sigue ofreciendo mucho en el lateral derecho, destacando en el balón parado por su fortaleza aérea. El problema ha surgido principalmente en el otro costado. Allí, comenzó Jess Carter, pero tras sufrir mucho en cuartos ante Suecia y denunciar insultos racistas en redes sociales, fue suplente en semifinales. Greenwood ocupó su posición y Esme Morgan entró en el centro de la defensa.
En el mediocampo, Inglaterra intentará plantar cara al trío español formado por Patri Guijarro, Aitana Bonmatí y Alexia Putellas. La campeona de Europa es un equipo diferente a Alemania, ya que le gusta tener el balón. Para ello, se apoya principalmente en Keira Walsh, el eje sobre el que gira todo el juego creativo de las 'Lionesses'. La exjugadora del FC Barcelona es indiscutible y estaría acompañada por Georgia Stanway, quien aporta mucha fuerza en esa zona, y por Ella Toone, ambas verdugos de las españolas en la Eurocopa de 2022. Grace Clinton y Jess Park son otras alternativas para un mediocampo inamovible desde el segundo partido.
En ataque, la campeona continental cuenta con numerosos argumentos ofensivos, aunque en este campeonato ha echado de menos una mayor y mejor participación de Alessia Russo. La delantera del Arsenal no ha estado al nivel de toda la temporada en Suiza y, pese a la pujanza de la joven Michelle Agyemang, clave en cuartos y semifinales, parece que no perderá su puesto de '9' por su capacidad para aprovechar los espacios que pueda dejar España a su espalda, como ya demostró en el último enfrentamiento en Barcelona.
Por los dos costados, Wiegman ha mantenido su apuesta por Lauren Hemp y Lauren James, dos jugadoras con gran capacidad de desborde, especialmente la delantera del Chelsea, quien es probablemente su mejor talento individual y la que más peligro puede generar en su emparejamiento con Olga Carmona. Aunque tuvo que ser sustituida en el descanso ante Italia por un problema en el tobillo, parece estar recuperada. Chloe Kelly, Beth Mead y la mencionada Agyemang, autora de dos goles, son las principales armas ofensivas de la seleccionadora inglesa para agitar los partidos.
Todas ellas están dirigidas por una de las entrenadoras más reputadas del panorama mundial, Sarina Wiegman. La neerlandesa ha sido clave en el avance de las 'Lionesses' y volverá a luchar por un gran título, algo habitual para ella desde 2017, cuando llevó a su país natal, Países Bajos, a la histórica conquista de la Eurocopa tras apenas medio año en el cargo.
Dos años después, llevó a su selección a la final del Mundial de Francia, donde perdió ante la poderosa Estados Unidos. Posteriormente, tras los Juegos Olímpicos de Tokio, donde no pudo pasar de cuartos al caer por penaltis ante las estadounidenses, puso fin a ese ciclo para encargarse de Inglaterra. Con este equipo, también conquistó la Eurocopa en casa, el primer trofeo para el combinado inglés. Al año siguiente, alcanzó la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, y en Suiza ha demostrado su 'magia' al llegar a su quinta final consecutiva de un gran torneo.