El equipo madridista vuelve a mostrar un inicio irregular en Euroliga pese a la renovación del proyecto y la llegada de Sergio Scariolo al banquillo.
El Real Madrid de baloncesto ha iniciado la temporada con dudas similares a las del año pasado, en un proyecto renovado que ha comenzado sin la solidez esperada. El relevo en el banquillo con la llegada de Sergio Scariolo en sustitución de Chus Mateo y la falta de acierto exterior están marcando este arranque.
Este nuevo ciclo con el técnico italiano todavía no termina de asentarse y el equipo muestra dificultades para mantener el ritmo competitivo, especialmente en la Euroliga, donde dejó escapar la Supercopa de España en el inicio del curso.
La reestructuración del club fue profunda. El adiós de Alberto Herreros como director deportivo tras dos décadas dio paso a Sergio Rodríguez en una decisión que coincidió con el relevo en el banquillo y con cambios relevantes en las dinámicas internas de la sección.
Chus Mateo, campeón de Liga Endesa el año pasado, no continuó para hacer sitio al entonces seleccionador nacional, en un intercambio de roles insólito. La directiva acompañó el cambio con una gran inversión en fichajes como Théo Maledon, Chuma Okeke y Trey Lyles, pilares de la nueva plantilla.
También llegaron David Kramer, Gabriele Procida e Izan Almansa, aunque su participación ha sido menor. La plantilla se completó ya avanzada la temporada con Alex Len, que refuerza la ‘pintura’ tras la salida de Bruno Fernando, en un movimiento similar al del pasado curso con la marcha de Rudy Fernández, Sergio Rodríguez, Vincent Poirier y Guerschon Yabusele.
Pese a esta apuesta, la afición no ha mostrado la ilusión esperada y en la última derrota ante el Panathinaikos en el Movistar Arena se escucharon primeros signos de inquietud. El equipo acumula un balance negativo de 5-6 en la Euroliga y se sitúa fuera del ‘Top 10’.
Los números recuerdan al inicio europeo del curso 24-25, con el mismo balance que entonces firmó Chus Mateo. El rendimiento lejos de Madrid continúa siendo una de las principales debilidades, ahora agravado por el aumento de equipos en la Euroliga y la acumulación de jornadas dobles.
Scariolo suma cinco derrotas como visitante y una como local, cifras idénticas a las de su predecesor, incluyendo la coincidencia de la primera victoria a domicilio en el Palau Blaugrana. Este paralelismo se ha convertido en un elemento de debate entre analistas y seguidores.
En la Liga Endesa, la situación es distinta. El conjunto blanco es colíder junto al Valencia Basket con un balance de 6-1, pese a la derrota ante Baskonia después de haber dominado por 20 puntos en el Buesa Arena.
Uno de los aspectos más preocupantes es el porcentaje de triples, con varios jugadores por debajo de sus registros del año pasado. En Euroliga, Mario Hezonja ha bajado al 25,4 %, con un acierto muy discreto en el perímetro.
Sergio Llull también ha visto reducido su acierto, cayendo del 29,2 % al 20 %. Entre quienes más lanzan, Okeke (51,6 %) y Lyles (38,9 %) destacan como los más efectivos del equipo.
El 33,3 % global del conjunto es similar al del final del curso pasado, aunque sigue siendo insuficiente. Solo cuatro equipos de la Euroliga presentan peores cifras de tiro exterior.
En el plano individual, Facundo Campazzo ha descendido en anotación y asistencias respecto a la pasada temporada, con un notable descenso en su acierto en tiros de dos, del 56,1 % al 28,6 %. Su valoración media ha bajado también de 17,5 a 9,8.
Walter Tavares mantiene números sólidos pese a algunos partidos irregulares y es el segundo jugador más valorado del equipo. Lyles lidera este apartado y Théo Maledon se mantiene en dobles dígitos.
Scariolo, por su parte, insiste en que el objetivo es llegar en forma a los meses decisivos. “Donde tenemos que llegar sanos y en forma es mucho más adelante”, afirmó tras la victoria ante Bilbao Basket, subrayando la importancia de las aportaciones desde el banquillo.