Cinco alternativas a las uvas en Nochevieja
La uva es la fruta que reina en la última noche del año y de la que muchos solo se acuerdan ese día. Peladas o sin pelar, con pepitas o sin ellas, justo antes de que suenen las campanadas todos tenemos la docena en nuestro plato. Sin embargo, no tienen por qué gustarle a todo el mundo, ni tampoco debe ser obligatorio comérselas. Los esquivos de las uvas pueden llevar a cabo la tradición sustituyéndolas por otros productos igual de apetecibles.
Lacasitos: Tienen el tamaño perfecto para que dé tiempo a comerse uno por cada campanada. Dicen que comerse las 12 uvas trae suerte en el año próximo, así como llevar algo rojo. Por ello, comer la docena de lacasitos de color rojo puede traer la misma fortuna, e incluso puede hace empezar el año con mayor dulzura.
Gominolas: Ya son varios los supermercados que ofrecen el pack de 12 gominolas para Nochevieja. Una alternativa apta para los pequeños pero también para los mayores que aborrezcan las uvas.
Gajos de mandarina: La docena de gajos en nuestro plato es una alternativa seguida por muchos. Algunos lo consideran como algo innovador y otros simplemente intentan escabullirse, pero sea como sea, lo cierto es que de todas nuestras propuestas esta es la que más cerca se encuentra de las uvas. Es una fruta que tiene un tamaño suficiente para poder con los 12 gajos, que puede tener también alguna pepita y que hace falta pelar.
Chupitos o sorbos de champán: en vasos lo suficientemente pequeños para beberse una docena. El grado de alcohol lo decide cada uno, pero uno suave de manzana, melocotón o melón es lo mejor para no iniciar el Año Nuevo por los suelos, y suficiente para comenzarlo contento. El champán es otra alternativa que también puede contribuir al grado de felicidad.
Toque navideño: No podemos olvidar la época en la que nos encontramos. Por ello, tomar algún alimento típicamente navideño tampoco está mal. Eso sí, esta alternativa no es tan fácil de seguir, así que aquí lanzamos el reto a los más atrevidos: tomar 12 trozos de turrón, comer 12 mazapanes o una docena de polvorones. Una forma de asegurarse la entrada de año con el espíritu navideño por las venas.
