La Jefatura Superior de Policía de Madrid ha comunicado que la Policía Nacional ha logrado desmantelar 17 puntos de venta de drogas en la región durante el verano.
Esta acción forma parte de la cuarta macrooperación del año enfocada en combatir este tipo de delitos.
En total, se llevaron a cabo once operaciones en diversos lugares de la Comunidad de Madrid, resultando en la detención de 43 individuos acusados de delitos contra la salud pública.
Durante el operativo, se incautaron diversas drogas, incluyendo cocaína, heroína y sustancias sintéticas, además de más de 60.000 euros en efectivo.
En el distrito de Puente de Vallecas, una operación conjunta entre la Policía Nacional y la Policía Municipal culminó con la detención de 12 personas tras realizar cuatro registros simultáneos. Participaron en el dispositivo agentes de la Comisaría de Policía Nacional del distrito, junto con UPR, Guías Caninos, GOIT y agentes municipales.
Los domicilios intervenidos contaban con medidas de seguridad como puertas blindadas y rejas reforzadas. Se incautaron casi 50.000 euros, armas blancas y de fuego, dispositivos electrónicos y joyas.
Además, se encontraron tres garrafas y varias botellas de aceite con alarmas antirrobo. Días después, un incendio en otro domicilio del distrito permitió a los agentes descubrir 12 patinetes y bicicletas eléctricas junto a varias baterías.
En el lugar también se hallaron Bolsas de plástico con drogas y utensilios para su elaboración y distribución.
En el distrito de Centro, las quejas vecinales sobre un piso donde se consumían drogas llevaron a una investigación. La situación generaba insalubridad e inseguridad debido a las peleas y amenazas a los residentes.
Tras avanzar en las pesquisas, se autorizó la entrada y registro del inmueble, donde se encontraron hachís, marihuana, dinero en efectivo y dispositivos electrónicos.
En un local vinculado al detenido se hallaron armas y municiones. Días después, otra intervención conjunta con la Policía Municipal en otro domicilio reveló un lugar dedicado a la elaboración y distribución de drogas como marihuana, mefedrona, ketamina, cocaína, 2CB y éxtasis, junto con útiles para su mezcla y ocultación.
En Torrejón de Ardoz, un hombre y una mujer fueron detenidos por utilizar su vivienda como punto de venta de drogas. Los agentes observaron que varias personas realizaban breves llamadas telefónicas antes de entrar al domicilio por poco tiempo, como medida de seguridad.
Durante el registro, se encontró droga escondida en una balda del frigorífico, dos machetes de grandes dimensiones y más de 1.500 euros en efectivo, además de útiles para la venta y distribución de drogas.
En San Blas, se desmantelaron cinco domicilios y se detuvo a nueve personas. Dos de las viviendas estaban equipadas para el cultivo de marihuana, con ventiladores, aires acondicionados, filtros, extractores y un enganche ilegal a la luz.
En una de las casas se encontraron más de 240 plantas de marihuana en floración, armas cortas y de airsoft, terminales móviles, dinero en efectivo, hachís, heroína y cocaína. Las otras tres entradas y registros se realizaron una semana después.
El modus operandi incluía el uso de personas con aspecto toxicómano para custodiar inmuebles, vigilar el exterior, detectar presencia policial y transportar dinero. Pernoctaban en el narcopiso para evitar robos o que otros grupos criminales tomaran el control.
Los investigadores identificaron otras dos viviendas vinculadas, donde se halló dinero de la venta de drogas y efectos relacionados con la actividad ilícita, dos armas de fuego simuladas, una defensa policial y un cuchillo de grandes dimensiones.
Las operaciones resultaron en la detención de nueve personas por pertenencia a grupo criminal y tráfico de drogas.
Además, se realizaron registros en otros puntos de la Comunidad de Madrid. En Villaverde, se estableció un dispositivo en torno a una vivienda utilizada para la venta y distribución de cocaína y heroína, donde se encontraron más de 1.400 euros.
En Parla, se detuvo a seis personas en dos registros, uno en un narcolocal y otro en una vivienda en un pueblo de Toledo.
En Carabanchel, se desarticuló un punto de suministro y consumo de drogas que funcionaba como servicio de venta a demanda, con numerosos efectos usados como moneda de intercambio para obtener dosis diarias.