El delegado de Cáritas Diocesana de Madrid visita la Cañada Real

El delegado de Cáritas Diocesana de Madrid, Javier Ojeda, ha visitado el proyecto que la organización desarrolla en la Cañada Real, donde la pobreza energética y la exclusión son realidades cotidianas para muchas familias.
El delegado de Cáritas Diocesana de Madrid, Javier Ojeda, ha visitado el proyecto que se desarrolla en la Cañada Real. Durante su visita, Ojeda destacó la presencia de una comunidad comprometida y esperanzada, a pesar de las duras condiciones de vida. Subrayó el papel del voluntariado y los equipos entregados que acompañan con cercanía y dedicación a las personas que más lo necesitan.
La pobreza energética y la exclusión son realidades diarias para muchas familias en la Cañada Real. Sin embargo, Ojeda enfatizó que Cáritas está presente para sostener y caminar junto a estas familias, especialmente con la infancia. El proyecto no solo ofrece respuestas, sino que también construye vínculos y teje confianza entre los participantes, según explicó el delegado.
Durante la visita, el equipo de Cáritas compartió su experiencia en un territorio marcado por desafíos como la falta de recursos básicos. El proyecto ofrece apoyo escolar, clases de castellano, formación pre-laboral y acompañamiento emocional. Carmen, responsable del proyecto, describió el lugar como un espacio duro pero lleno de oportunidades para aprender y acompañar.
Voluntarios como Gracia, Antonio, Marta o Carlos aportan su tiempo en tareas diversas dentro del proyecto. Marta destacó que estar allí es un regalo a pesar de las dificultades. La colaboración entre entidades sociales, colegios y la parroquia local es fundamental para ofrecer educación y oportunidades a los niños y adolescentes del área.
La falta de suministro eléctrico y las dificultades de acceso a recursos públicos son algunos de los desafíos estructurales que enfrenta la Cañada Real. Sandra, trabajadora social del equipo, señaló que acompañar en este contexto es un acto de resistencia diario para abrir caminos donde antes había barreras.
La visita también sirvió para reconocer el compromiso del equipo que sostiene el día a día del proyecto. Ojeda reflexionó sobre cómo la Iglesia debe estar presente en las periferias donde la dignidad es más vulnerada. El proyecto busca transformar realidades y ser un signo de esperanza en medio de la precariedad.