La alcaldesa en funciones de Madrid, Inma Sanz, ha mostrado este martes su firme rechazo al acuerdo entre el Gobierno central y la Generalitat para establecer un nuevo sistema de financiación autonómica basado en los ingresos de cada comunidad. Desde un colegio en el Paseo Federico García Lorca, en el distrito de Vallecas, ha advertido de que no permitirá que los madrileños sufraguen lo que ha calificado como “una mensualidad más en la Moncloa” ni “la broma independentista” de los partidos separatistas catalanes.
Sanz ha asegurado el respaldo del Ayuntamiento a todas las acciones que impulse la Comunidad de Madrid para frenar una financiación singular que, en palabras de Isabel Díaz Ayuso, sería “una sentencia de muerte contra España”. “No es justo que vecinos de distritos como Villaverde, Usera o Chamberí tengan que pagar los chantajes de quienes han hecho de la ruptura su modo de vida”, ha señalado, remarcando que el Gobierno municipal adoptará “todas las medidas a su alcance” para impedir que se materialice este modelo.
La vicealcaldesa ha insistido en que esta reforma no puede entenderse como una compra de votos “para aguantar un día más en el poder”. A su juicio, supone un ataque directo a la igualdad entre españoles y una traición a los principios de solidaridad que deben regir entre comunidades. “Vamos a oponernos con toda la fuerza que tengamos a este sistema profundamente desleal e injusto”, ha declarado.
En este contexto, ha denunciado que Madrid sigue siendo “la hermanita pobre” dentro del sistema de financiación local. “Nunca se nos paga lo que se nos debe”, ha lamentado, recordando que el propio alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha exigido recientemente el dinero que el Estado “ha retenido indebidamente”, cifrado en más de 700 millones de euros, y ha participado en concentraciones frente al Congreso para reclamar una financiación justa para los ayuntamientos.
Sanz ha recalcado que Madrid es la región que más aporta al fondo de solidaridad nacional, y ha avisado de que, con el nuevo sistema pactado con los independentistas, probablemente será la única que lo haga. Frente a esto, ha reivindicado un sistema negociado multilateralmente entre todas las comunidades autónomas, alejado de intereses partidistas o concesiones “a cambio de un voto”.
La alcaldesa en funciones ha aprovechado su intervención para pedir también un nuevo modelo de financiación local, al considerar que los ayuntamientos son siempre “los últimos y los olvidados” a pesar de ser la administración que presta los servicios más próximos al ciudadano, incluso asumiendo competencias que no les corresponden.
Preguntada por si el nuevo sistema podría poner en peligro grandes proyectos urbanísticos como el soterramiento de la A-5, el Parque de la Venta o la remodelación del eje Castellana, Sanz ha sido tajante al negarlo. Acompañada por la delegada de Hacienda, Engracia Hidalgo, ha afirmado que “Madrid no se mete en inversiones que no puede financiar” y que la gestión presupuestaria del consistorio es “absolutamente solvente”, respaldada por las principales agencias de calificación.