Las tuneladoras vuelven al centro de Madrid

Las tuneladoras vuelven al centro de Madrid

Hubo momentos antes de la crisis que en Madrid trabajaban a la vez casi una decena de tuneladoras para soterrar la M-30 o ampliar el Metro, pero ya hacia más de dos años que se desmontó la última de estas máquinas topo tras acabar una obra en el subsuelo de la capital.

Hacía, porque este jueves la alcaldesa, Ana Botella, ha puesto en funcionamiento la tuneladora que construirá el colector de la subcuenca de los Pinos, al noroeste de la almendra central de la ciudad y además ha presentado el conjunto de infraestructuras hidráulicas del Plan 2014-2015.

Habrá quien diga que esto es un brote verde pero Ana Botella ha preferido únicamente afirmar que estas obras responden a un cambio en la situación económica municipal y que "tras el esfuerzo del ajuste, es el momento de dar utilidad al ahorro y de renovar la ciudad".

La última vez que una tuneladora perforó Madrid, Botella no era alcaldesa sino segunda teniente de alcalde y delegada de Medioambiente.

Corría el mes de julio de 2011 cuando el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, acompañado por la que después fue su sucesora en el palacio de Cibeles, visitó las obras de otro colector, el de Abroñigales, que también se construía con una de estas enormes máquinas perforadoras.

La alcaldesa ha sido quien ha pulsado el botón de encendido de la tuneladora "María", bautizada así en homenaje a todas las mujeres de Madrid, según ha explicado, y procedente de París, donde había terminado otra obra.

Según ha indicado Elena de la Paz, la mujer que está al frente de esta obra, la tuneladora "María", de 100 metros de largo, avanzará entre 20 y 30 metros durante los próximos seis meses hasta completar un túnel de cerca de 2.700 metros de longitud y 4,20 metros de diámetro.

Cuando finalice, habrá sacado alrededor de 120.000 toneladas de materiales, aunque todavía faltará rematar una obra que no estará terminada hasta enero de 2015, cuatro meses antes de las elecciones municipales.

Bajo la mirada de Santa Bárbara, colocada en la boca de entrada del túnel como es tradición en estos casos, la alcaldesa ha dicho que esta obra es un "suma y sigue" en las actuaciones en materia hidráulica y medioambiental del Ayuntamiento de Madrid.

"Madrid no se para", ha proclamado Botella, que ha manifestado que "los madrileños pueden sentirse orgullosos del legado medioambiental que recibirán las futuras generaciones".

Lo único que han echado de menos los invitados al acto, entre los que estaban la mitad de los concejales-presidente de distrito de la ciudad, son los canapés pagados por las constructoras con los que terminaban estos actos antes de la crisis. En los tiempos en que en Madrid reinaban las tuneladoras.

 

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