Morata de Tajuña: la Pasión bendecida por un Papa cumple treinta años
Decenas de pueblos españoles celebran cada Semana Santa sus propias Pasiones Vivientes para poner en escena la muerte de Cristo, pero solo una en el mundo tiene la Bendición Apostólica: la de Morata de Tajuña, cuyos 400 actores celebran su treinta aniversario renovando escenarios y vestuario.
Lo que empezó como un montaje humilde con equipos tan escasos que cabían en una pequeña furgoneta se ha convertido en una producción profesional con amplias dotaciones de sonido, vestuario e iluminación que han hecho de esta Pasión una cita señalada en la Semana Santa madrileña con la visita de unas 12.000 personas.
La tradición comenzó en 1986, cuando el grupo de teatro local Talía quiso formar parte de los actos de Semana Santa representando los actos más relevantes que rodean la muerte de Cristo, como la Última Cena o su crucifixión, utilizando para ello el guión que escribió el anterior párroco del pueblo, Abilio del Castillo.
Precisamente fue el mismo párroco quien, en el año 2001 y con el apoyo del arzobispado de Madrid, conseguía que la Pasión de Morata recibiera la bendición apostólica, que se extiende a todos aquellos que participen en ella y que la contemplen, según dicta la tradición.
Este año el papel estrella, el de Cristo, recae en un joven mecánico llamado Manuel, quien en los inicios tenía un papel secundario y, tras frecuentar los ensayos, acabó aprendiéndose el papel protagonista y tomándole el relevo al anterior Jesucristo, especialmente recordado porque su padre era carpintero y se llamaba José.
El resto de papeles protagonistas también se han repartido entre los más veteranos de la Pasión y sus familiares, ya que es frecuente que los papeles se hereden de padres a hijos, según ha explicado el organizador del evento, Valentín Heras.
También tienen especial importancia los entre 250 y 300 actores que representan al pueblo judío y que aportan un mayor realismo a las escenas.
Con todo ello, el organizador reconoce que el público siempre termina asombrado por el realismo del montaje, al tiempo que los actores quedan conmovidos por la respuesta de emoción, respeto y admiración que reciben por parte de los asistentes, sean o no creyentes.
La función de este año arrancará a las siete de la tarde y terminará, previsiblemente, a las ONCE de la noche, tras cuatro horas rememorando las escenas más importantes en escenarios repartidos de norte a sur del pueblo, que invitan a los visitantes a recorrer por todas las zonas del municipio.
Esto permitirá, según ha subrayado el alcalde, Ángel Sánchez, que el público se anime a hacer turismo por la localidad, conociendo otras tradiciones, como las gastronómicas, y el entorno natural de Morata.
Los integrantes de esta iniciativa celebran su éxito, tras treinta años de actuaciones y reconocimientos, proponiéndose que la Pasión sea nombrada bien de interés turístico nacional -ahora lo es a nivel regional-, para que su espectacular y teatral visión de la Semana Santa traspase las fronteras de Madrid.
