Abolir la prostitución

Parece ser que el Gobierno no se había enterado de que, en España, se ejerce la prostitución, y se anuncia, hasta que no han salido las grabaciones de dos conocidos puteros socialistas.
Entonces, la ministra de esas cosas -Igualdad, me parece que es una de sus denominaciones- pretende elaborar una Ley para abolir la prostitución. Nada menos. Como decía un conocido tan cocainómano, como irónico: "Sujétame el canuto, Pepe, que me va a dar la risa, y puedo estornudar y joder la raya".
Este Gobierno es fantástico. Se acuesta cualquier ministro, una noche, preocupado por algún problema y, al día siguiente, nada más levantarse, comunica que va a abolir, la pobreza, o la obesidad, o los catarros, o la envidia. A la ministra del ramo (del ramo de la Igualdad, claro, no del ramo de las prostitutas) le muestro mi admiración, y le auguro un fracaso rotundo, porque históricamente lo de acabar con la prostitución lo intentaron los griegos, los romanos, la Inquisición española, y hasta los suecos del Siglo XXI, que han establecido normas para multar a los clientes, con lo que han favorecido a las putas profesionales, porque han subido los precios.
Con lo que hay que acabar es con la trata de mujeres, con las mafias que traen a mujeres de otros países con la promesa de un trabajo y, una vez aquí, las obligan a prostituirse, bajo la amenaza de matar a su familia, que se ha quedado en su país de origen. ¿Ha viajado alguna vez la ministra con vocación de abolir por las principales carreteras españolas? Pues si lo ha hecho habrá podido comprobar que, cada ochenta o cien kilómetros y, a veces menos, hay un establecimiento, donde se anuncian bebidas y compañía de señoritas. Tampoco lo hacen de manera descarada, sino un fluorescente con el perfil de una señora, que no es una abuela, y una copa cónica rodeada de luz fluorescente. Y allí, si entras, te enteras de las tarifas, que suelen conocer muy bien los concejales masculinos -de toda clase de partidos políticos- de los ayuntamientos que hay en medio centenar de kilómetros a la redonda. Y si dos personas adultas, deciden hacer un trato con su cuerpo ¿qué hará la Ley? ¿Ponerles una multa por hacer lo que les da la gana? La ley de Abolición Putera dicen que se presentará en septiembre. Vale. Siempre y cuando siga existiendo este Gobierno. "Sujétame el canuto, Pepe...".