Desigual ficha a Collina Strada

Desigual está más de moda que nunca, es una firma que ha sido pionera por sus colaboraciones y esta vez nos sorprende con su lado más kafkiano con Collina Strada.
La marca se distingue por su estilo único, su enfoque positivo y su compromiso con la diversidad y la autenticidad. Intenta que sus colecciones sean más que bonitas y virales. Desigualdad es una firma española, distinguida por su coraje en el diseño y su visión. Es una marca reconocida y querida por su originalidad.
Además de Desigual, su colaboración es la gran protagonista: Collina Strada. Es una marca de moda fundada por la diseñadora Hillary Taymour en Nueva York en 2008. La marca ha destacado por sus diseños únicos y eclécticos que fusionan moda, arte y conciencia ambiental.
La nueva colección que han sacado se llama Metamorphosister. Es una colección muy colorida que cuenta con 16 piezas de estampados originales confeccionada con materiales principalmente biodegradables o reciclados. Las fibras que más se han visto son la viscosa Lenzing Ecovero o el satén.
Hillary Taymour tiene un enfoque sostenible e inclusivo que la identifica, y con esta nueva colaboración, Desigual ha dado forma a una nueva imagen centrada en la transformación y en la reinvención. El lanzamiento es el resultado de “una sinergia perfecta entre dos marcas que comparten valores fundamentales de autoexpresión”.
La colección está disponible en tiendas físicas y en la web online de Desigual. Los precios abarcan un abanico desde los 49,95 euros por una camiseta hasta los 169 euros por un vestido largo multicapa. Y, no solo vemos estas prendas, también vemos pantalones cargo, vestidos cortos o sudaderas, así como complementos como un bolso de hombro oversized, un cinturón o unos zapatos de piel de tipo zueco.
La Inteligencia Artificial también ha sido partícipe de la colección, en la campaña de lanzamiento con el fin de crear una serie de escenarios surrealistas en consonancia con los diseños de la cápsula.
Los diseños de Collina Strada consiguen transmitir esa alegría liberada, que aparecía en las infancias soñadas, más cercanas a los cuentos de hadas que a la vida real. “Siempre me había gustado la moda, pero en casa preferían que fuese por otros derroteros”, confiesa la couturier que comenzó a estudiar finanzas. “Así que ahora me dedico a hacer realidad el sueño de aquella niña”.