Entrevista a Pablo García (QARA): un viaje a la música en su esencia 

Entrevista a Pablo García (QARA): un viaje a la música en su esencia 

Más allá de su trabajo como “music curator”, la vida de Pablo García (Madrid, 1993) pivota en torno a la música. Por ella vive, de ella encuentra fuerzas para seguir cada día. Tras la disolución de “Antigravity”, su anterior banda, y después de un tiempo de misterioso silencio, este artista acaba de presentar, en una gira nacional, QARA, su nuevo proyecto musical inspirado fundamentalmente en melodías australianas. 

QARA ¿“QARA”? Suena peculiar, extraño incluso, pero tiene un sentido claro. Tal denominación proviene de un momento vital decisivo en la vida del artista. Inmerso en una serie de cambios, tanto laborales, sentimentales como puramente musicales, Pablo se da cuenta de que “me era necesario sacar muchas influencias que yo tenía” y que no cuadraban con el estilo de la banda anterior. “Si de alguna manera Antigravity no salió adelante fue por eso, por las diferencias de objetivos” profesionales y musicales. Así, el artista cambió el punk rock, “al más puro estilo High School americano”, para empaparse de lleno en la música australiana, a la que le debe parte de este nuevo proyecto: QARA. La escucha de Sticky Fingers, Tash Sultana o Dope Lemon es la responsable del carácter que definiría más tarde a QARA. Sin ir más lejos, la segunda ⎯solista⎯ sirve de “referencia para su directo” y los terceros ⎯grupo⎯ “aportan el lado psicodélico”. 

Pero, ¿y qué representa QARA? Pablo nos explica la importancia del autoconocimiento y de la creencia de que cada persona tiene una coraza social a la que no se puede acceder. Esta misma limita la esencia más pura de los individuos, solo perceptible en contextos muy exclusivos y muy íntimos. No podemos llegar a ese estado hasta que no se derriban las murallas que levantamos tanto en el diálogo interno como en el externo. “Yo lo llamo la caja negra; esa parte que todavía está por conocer de ti, por ti y por el resto”. Eso es QARA, “negro” en azerí “y en azerí porque una de las bases del proyecto es el ´worldmusic´”, señala el cantante.

La idea de QARA se concibió hace ya cuatro años y el producto de este intenso viaje es Planet Mattress (https://spoti.fi/3dqvA-3r), el disco que salió el 22 de abril de 2022. En él se reflejan las pasiones discordantes del artista, además de sus referentes. “A la hora de componer, el primer paso es escuchar y, a partir de las influencias que me interesa plasmar, elaboro una melodía” que no siempre termina complementándose con la letra. Este es el proceso que sigue Pablo García, que “busca el sentimiento primario”, es decir, obtener emociones “ya de primeras con un bit, un estribillo o un ritmo”, razón por la que abundan las piezas instrumentales en su obra. Es a través de ellas como consigue otro de los puntos primordiales de su música: la respuesta visual. “No quiero que generen solo una emoción, sino ver a dónde te llevan” en el sentido más concreto de la palabra. “Cuando mostraba estas canciones en el estudio, la gente me decía que veía imágenes, y eso para mí lo es todo”.

Un ejemplo al que se adscribe es la publicación del remix astral de uno de sus temas más escuchados, Güsto (https://spoti.fi/3eXi79X). “Se hizo durante el confinamiento y lo que me incentivó a publicarlo fue que, al compartirlo con cinco personas, el feedback fue blanco y negro, sin escala de grises”. Algunos expresaron la inmensidad que sintieron y otros lo vieron como una completa locura o, en palabras de su padre, “esto es de psiquiátrico”. Opiniones tan radicalmente distintas lo conducen a una conclusión: si hay disparidad, hay reacción, hay respuesta, hay emoción. Y esto en sí mismo es lo que pretende, huir de la indiferencia. “Al que le guste, que le guste mucho, y al que no le guste, que lo odie; pero que genere algo”. De tal manera sucede con su canción favorita, Yatra (https://spoti.fi/3f3elvZ). “Es la que más visiones ha despertado en la gente”. Además, “es curioso que, por ejemplo, cuando la toco en concierto, hay sitios en los que funciona y otros en los que no”. O blanco o negro.

Por ello, al preguntarle por las diferencias entre las composiciones instrumentales y las composiciones con letra, afirma que esta última “no es tan importante” para conseguir su propósito, sino que sirve como uno de tantos engranajes dentro de la creación musical. “No quita que la letra sea banal, pero sí hay muchas que están compuestas como un elemento rítmico más, que, melódicamente, encaja. A partir de ahí, queda inventar un contenido: identificar qué quieres contar”. Y esto funciona de igual modo con los títulos, es necesario imaginar qué término engloba las sensaciones que transmite la canción. También es cierto que, en otras ocasiones, desarrolla en primer lugar el nombre y visualiza qué sonido le corresponde. Siendo sincero, “a veces la palabra simplemente me gusta y la pongo, como en Güsto. Lo guay de la música es que no tiene reglas”.

El arte está en constante evolución y reinvención. Sin embargo, es cierto que al cantante le gusta guiarse por las primeras impresiones. “Soy muy de ideas fijas y, si se me ocurre algo, tiene que tirar por ahí”. Esto lo traslada al directo, para el que prefiere acercarse lo máximo posible a la versión de estudio. “Al final tiene cuatro años de trabajo y eso mola plasmarlo y decir `a esto suena´”. De hecho, tan grande es su compromiso que nos revela que todavía no se ha atrevido a tocar el último tema de su disco, el que precisamente le da nombre: “suena tan delicado y tan aterciopelado que me da miedo que en directo pierda su aura”. Esto no quita que esté abierto a las modificaciones y a, como él dice, “dar tiempo” a las piezas y dejarlas madurar. Puede que ese nuevo paso o cambio en concierto planteen una nueva esencia en la melodía “que también aporte”. “Las canciones no se terminan, se abandonan”.

¿Y le gusta escucharlas una vez están “abandonadas” y publicadas? La respuesta es tajante: “sí, claro”. Y, aunque matiza que “no de manera constante”, sí “me gusta recrearme en lo que he conseguido”. Ser consciente de que quizás no todos los días demos pasos, pero sí permanecemos de manera leal en el camino. Tras cuatro años, “lo que tenía en la cabeza está aquí, en Spotify”, lo que ya en sí mismo es un logro, más allá de la habitual concepción de éxito. 

Teniendo en cuenta que QARA no ha hecho más que empezar, es lógico que existan dificultades en el desarrollo del proyecto. Para ello, el vocalista confiesa que las claves de un músico independiente es ser “multidisciplinar y rodear a la música de una identidad” (insertar https://youtu.be/MtNhtoR3yE4). El éxito no solo funciona en términos de “novedad”, sino que debe apuntar a una estética fiel, auténtica y coherente, así como saber aplicarlo con los medios de los que se dispone. No obstante, “es cuestión de trabajarlo. No hay ninguna meta, los objetivos cambian conforme se van cumpliendo”. Es importante pararse y constatar que “ya no estoy donde hace dos años. Acabo de sacar un disco que me ha llevado mucho tiempo y que en su día era una locura, imposible. ¿Cómo lo he hecho?”. Con paciencia y trabajo. Además de con la férrea responsabilidad de que la música es su oficio. 

Otra de las razones por las que Pablo García decidió dar un paso más y abandonar Antigravity es su concepción de la banda como profesión. Aquí entran las diferencias entre pasión y hobby. No debemos confundir qué priorizamos de cara a un ámbito profesional y qué reservamos como pasatiempo. Reflexionado sobre ello, “no creo que haya un pico en el que diga ´ya está, me dedico exclusivamente a esto´”, pero sí considera que comprende el grupo con el valor y el compromiso que requiere un trabajo. “Hay que ser realista y consciente de que estas cosas llevan tiempo y que hay que disfrutar del proceso. A partir de aquí ya es ver a dónde lleva”. 

De momento, la gira que ha estado haciendo este verano lo llevará a la sala Moby Dick de Madrid el 29 de septiembre (entradas en https://entradium.com/events/qara), acompañado por Sara del Valle, con la que comparte la canción Summer Breeze/To Be Loved (https://spoti.fi/3UqKnC0), y en la que sí se atreverá a cantar Planet Mattress. Terminará los conciertos dedicados a su primer disco a finales de octubre en Valladolid y se adentrará de nuevo en el estudio para sorprendernos con “otra cosa muy diferente, más mainstream”, pero que conserve esa esencia, la revelación de esa caja negra, que lo ha guiado hasta aquí.

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