El viaje sin retorno de Novak Djokovic 

El pasado 5 de enero fue uno de los días marcados a fuego en lo que se refiere a la polémica que rodea a Novak Djokovic. El serbio, afincado en Mónaco, está dando mucho que hablar, no solo en el mundo del Deporte sino en otros estamentos. 

El día 18 de noviembre del 2021, Lisa Schofied, subsecretaría del Departamento de Salud australiano, dijo que “Haber sufrido el Covid-19 no era suficiente para ser considerada persona inmunizada, si no habían recibido una dosis de la vacuna no iba a aprobarse su entrada en el país”. 

Ya en el mes de noviembre el Gobierno australiano comunicó que el haber pasado el covid en los últimos seis meses era válido para ser considerado como exención. Esta fecha finaliza el 10 de noviembre. La clave de la polémica vino cuando Djokovic tuvo contacto días después con un jugador de Barça de baloncesto, este fue confirmado como positivo y días después el serbio también afirmó estar contagiado. Esto fue refrendado por el instituto de Salud Pública de Serbia, el cual informó del positivo del tenista a través de una PCR. 

Cuando estaba a punto de finalizar el 2021, el 30 de diciembre exactamente, desde Australia confirmaban la aprobación para la exención del serbio. El 5 de enero, Novak desembarca en la ciudad de Melbourne, pero el problema hizo acto de presencia cuando su visado fue cancelado y fue interrogado en el aeropuerto. Después de esto fue trasladado a un hotel donde tuvo que aislarse. 

A partir de aquí comenzó la polémica, las acusaciones cruzadas entre los defensores a ultranza del serbio y gran parte de la sociedad, capitaneada por el gobierno australiano que ya dijo desde el principio que se iba a mantener inflexible. 

Manifestaciones en las calles en apoyo del serbio, altercados y críticas atroces por el papel que estaba teniendo el Gobierno australiano fueron parte de los sucesos que se iban produciendo de forma paralela en otros foros. Su padre llegó a comparar al tenista con Jesuscristo. El propio jugador, a través de redes sociales, agradeció el apoyo que estaba recibiendo.

Anthony Kelly, magistrado del Tribunal del Circuito Federal otorgaba a Djokovic un aval judicial para poder jugar el Open de Australia, pero desde el Gobierno australiano seguían sin estar de acuerdo. Continuaban el cruce de declaraciones de unos y otros. 

Empezaba a partir de ese momento la maquinaria de comunicación a favor y en contra. El New York Times publicaba informaciones que revelaban que la prueba PCR que probó el positivo de Djokovic también existía con un resultado negativo. Por otro lado, capitaneados por su padre y refrendado por diferentes medios se denunció el abuso e injusticia hacía el serbio.

El final tuvo lugar después de cinco horas de juicio, el Tribunal Federal de Australia tomó la decisión de forma unánime de cancelar el visado del tenista y que éste fuera deportado del país. ¿Fin del culebrón? No, ni mucho menos. Roland Garros, otro de los grandes, ya se ha manifestado y no tiene fácil jugar el torneo rey de tierra batida. Continuará…

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