"SuperJavi" se une a la lista de "casi medallas" en los Juegos de Invierno

Sochi (Rusia), 14 feb. El doble campeón de Europa de patinaje artístico Javier Fernández, que hoy concluyó en cuarta posición la prueba de los Juegos Olímpicos de Sochi, disputada en el "Iceberg" de esa localidad rusa, unió su nombre a la lista de "casi medallas" españolas en una cita olímpica de invierno…

España, que a lo largo de toda su historia sólo ha celebrado dos medallas olímpicas de invierno -las de los hermanos Fernández Ochoa, Paco y Blanca, en esquí alpino- deberá seguir esperando a la tercera, después de que hoy al patinador madrileño se le escapase por sólo 1.18 puntos el bronce que capturó el kazako Denis Ten, con 255.10.

"SuperJavi", que en enero revalidó en Budapest el título eujropeo logrado en Zagreb la temporada pasada, en la que capturó bronce en el Mundial de London (Canadá), se marchó hoy con la amargura que deja el cuarto puesto, en una prueba que ganó su compañero de entrenamientos japonés Yuzuru Yanhu, por delante del canadiense Patrick Chan.

El irrepetible "Paquito" -que el próximo 25 de febrero hubiese cumplido 64 años si un cáncer linfático no se lo hubiese llevado el 6 de noviembre de 2006- sorprendió al mundo entero al ganar de forma clara, en 1972, el eslalon de los Juegos Olímpicos de Sapporo (Japón), los primeros de invierno disputados en Asia.

España tuvo que esperar otros veinte años hasta que su hermana pequeña, Blanca, lograse la segunda medalla olímpica de invierno, asimismo en eslalon, en Albertville'92, en una prueba disputada en Meribel. Desde entonces, el Deporte invernal español sigue esperando un tercer trofeo, que se le volvió a escapar por muy poco esta noche en Sochi.

La de hoy no fue la primera decepción: fue precisamente Blanca la primera protagonista de una "casi medalla". O de una "no medalla", como la propia interesada definió lo que le sucedió en los Juegos de Calgary'88 (Canadá).

La esquiadora de Cercedilla había dominado con claridad la primera manga de la prueba disputada en Nakiska, en la que le había 'colocado' 30 centésimas a la alemana Christ Kinshofer y 55 a la austriaca Anita Wachter. Con ocho horas de diferencia respecto a España, la segunda manga de la prueba, en franja horaria de 'prime time', se convirtió, sin duda, en la prueba de esquí con mayor audiencia en la Televisión Española hasta esos momentos.

Pero Blanca se cayó en la bajada decisiva, para mayor desilusión de numerosísimos compatriotas, empezando por su hermano Paco, que comentaba la prueba para TVE, Kinshofer mantuvo la plata y fue la Suiza Vreni Schneider la que, tras remontar desde el quinto puesto, se colgó al pecho el oro, el día que su paisana Maria Walliser fue tercera,

Blanca, que afrontaba esos Juegos como si fueran sus últimos, acertó al rectificar. Y cuatro años después recibió el premio a toda una gran trayectoria al capturar el bronce en los de Albertville.

Tras unos Juegos de Lillehammer'94 (Noruega) por los que pasó sin pena ni gloria, en los de Nagano'98 (Japón), sin ser clara candidata a trofeo, España podía pensar en dar la sorpresa con la oscense Ana Galindo, que había sido cuarta en los gigantes de Copa del Mundo disputados en Sölden (Austria) y Are (Suecia). Pero la aragonesa se cayó en la primera manga, en la parte alta de la pista de Shiga-Kogen.

En 2002, en Salt Lake City (Utah, Estados Unidos), el alemán nacionalizado español Johann Mühlegg -ganador de la Copa del Mundo 1999-2000 y campeón mundial en Lahti (Finlandia), en 2001, de esquí de fondo- hizo sonar hasta tres veces la Marcha Real tras imponerse en tres ocasiones en las pruebas disputadas en Soldier Hollow.

Pero los que parecían los Juegos más exitosos de la historia se quedaron en nada: el sueño se transformó en pesadilla y, tras dar positivo por darbepoetina en un control por sorpresa entre la segunda y la tercera medalla, 'Juanito' fue desposeído de esta última, fue expulsado de los Juegos y, por ese motivo, se le acabaron anulando las dos anteriores.

A los de Turín'06 (Italia), la andaluza María José Rienda -sexta cuatro años antes- acudió como clara favorita, si no al oro, al menos a medalla, en el gigante. Pero el día de la prueba, Sestriere amaneció con una fuerte nevada y la pista, que le iba como anillo al dedo a la de Sierra Nevada, hubo de ser acortada.

Todo se torció y 'Meri' acabó decimotercera una jornada que no le hizo justicia: contabilizando esa prueba, de cuatro gigantes seguidos a nivel mundial ganó todos, menos ése. Se había anotado los dos de la Copa del Mundo previos a esa competición -ambos en Ofterschwang (Alemania)- y el inmediatamente posterior -en Hafjell (Noruega)-, confirmando que era de sobra acreedora al oro Olímpico que se llevó en la estación del Piamonte la estadounidense Julia Mancuso.

El que rozó, sin embargo, una medalla inesperada en esos Juegos fue el catalán Jordi Font, que entró en la final de los mejores cuatro en el estreno olímpico del snowboardcross, en Bardonecchia. Jordi la afrontó con una luxación en el hombro izquierdo y sólo pudo ser cuarto en una final que ganó el estadounidense Seth Wescott, que revalidaría su título de campeón olímpico cuatro años después, en Vancouver (Canadá).

Donde otra catalana, Queralt Castellet, protagonizó otra "casi medalla" en el halfpipe de snowboard. Queralt, que en Turín'06 había sido la más joven del equipo español, con 16 años, llegó a la Columbia Británica con expectativas de éxito, lo que demostró al acabar tercera, en puesto de medalla, la primera ronda, por detrás de la australiana Torah Bright, que acabaría convirtiéndose en campeona olímpica horas más tarde en Cypress Mountain, y la estadounidense Kelly Clark, oro en Salt Lake City'02 (EEUU), que capturó bronce.

Queralt se cayó mientras se ejercitaba entre ronda y ronda, se golpeó la cabeza y, como medida preventiva, los jueces le impidieron competir, siendo trasladada a un hospital de Vancouver para ser examinada antes de disputarse la ronda definitiva.

La de Sabadell, que quería sacarse la espina en Sochi, pero el miércoles, tras entrar directa en la final con la segunda mejor puntuación, se tuvo que conformar con el undécimo puesto.

Salvo que lo arregle mañana, sábado, la andaluza Carolina Ruiz, en el supergigante de esquí alpino; o el lunes el vasco Lucas Eguibar, en el boardercross de snowboard, la tercera medalla española de invierno se sigue haciendo esperar.