No quieren que sepamos

Han pasado 21 días y el Gobierno sigue sin decirnos la causa del apagón del 28 de abril.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, dijo el miércoles en el Congreso de los Diputados, eso sí en el minuto 32 de su comparecencia, que de momento sólo podían decirnos que no había habido ningún ciberataque en las redes eléctricas, pero que seguían investigando por si se había producido algún ataque en otro tipo de instalación. Por supuesto, siempre mirando al sector privado. También añadió la vicepresidenta que habían detectado tres "eventos" de sobrecarga en tres subestaciones situadas en Granada, Badajoz y Sevilla y que podrían estar en el origen del problema. Pero, después de tres semanas de reuniones y análisis de datos, aseguran que aún no saben más y es una auténtica vergüenza, porque la mayoría de los expertos que conocen perfectamente cómo funciona el sistema sí saben qué ocurrió e incluso qué puede pasar, si no se hace nada. De hecho, en el último trimestre del año pasado, en al menos tres ocasiones, hubo que dejar sin energía eléctrica a la industria por el riesgo de que el asunto pudiera ir a mayores.
Es más, el mundo de la energía sabe que una sobreexposición de energías renovables iba a acabar tirando abajo la red y que todo ello depende de Red Eléctrica. Un informe de la Universidad de Oviedo asegura que "el día del apagón, el sistema eléctrico operaba con un 30% menos de inercia que el mínimo recomendado por la Red Europea de Gestores". Es decir, en mínimos para resistir cambios bruscos de frecuencia y evitar colapsos. Igual que supimos desde el día uno del apagón que no se había producido ningún ciberataque. Es lícito, por tanto, que la población y las empresas tengan miedo a que se repita. "Si no saben por qué pasó, cómo van a evitar que vuelva a suceder". Como también es lícito pensar que sí lo saben, pero tratan de alejar su responsabilidad por el coste millonario de las futuras indemnizaciones.
Que nos traten como niños y tontos ya es un clásico, aunque no por ello debemos tirar la toalla y exigir información transparente y detallada. Si Pedro Sánchez quiere a toda costa que España sea el primer país en el que la energía renovable puede funcionar sola, dar energía a todo el país y cumplir antes que nadie la Agenda 2030 (de hecho era la orden que recibieron la vicepresidenta y la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor) que no sea a costa de vidas humanas y de las empresas y los ciudadanos. De momento, para que no haya otro apagón, vamos a pagar más cara la luz. Para el futuro, señor presidente, necesitamos un mix energético sensato y alargar la vida útil de las centrales nucleares.