Yayoi Kusama flipa en colores con Agatha Ruiz de la Prada.

Yayoi Kusama flipa en colores con Agatha Ruiz de la Prada.

Agatha Ruiz de la Prada sorprende a todos sus invitados con el mítico “No rompas más”, al finalizar el desfile. La diseñadora vuelve a la pasarela para presentar su colección otoño-invierno 2024 pisando muy fuerte. Esta vez ha apostado por el lunar como gran protagonista de su pasarela.

El desfile empezó – a toda pastilla – desvelando una nueva licencia de cascos de motos agathizados con NZI Helmets. Agatha ha conseguido que los casos sean objetos de arte Pop con ambiciones más elevadas que proteger la cabeza. No obstante, no solo es diseño, también cuentan con la última tecnología de protección de poliestireno expandido, con retención micrométrica y apertura mini-jet, homologados por la UN/ECE. Las modelos han desfilado con los cascos en la mano, una combinación ideal para los diseños de Agatha irreverentemente alegres.

Las modelos desfilan como auténticas motoristas agathístas, luciendo la nueva colección de complementos en colaboración con ByCity. Los accesorios a todo color, que cualquier motorista soñaría contar en su repertorio: cazadora, vaquero, chubasquero, guantes y bolsa para llevar el casco, reforzados para una protección máxima.

A medida que el desfile avanzaba, los lunares se iban apoderando de la pasarela. Aparecieron en estampados de algodón entre las prendas comerciales, y en polipiel de peluche y acolchado, en neoprenos de color neón, en popelín, en algodón, en jersey de algodón y en pana entre sus prendas de taller. Algunas prendas llevaban bolitas de colores bordadas. De hecho, uno de los abrigos de polipiel de peluche fue directamente un lunar gigantesco, andante sobre las patitas del portador del abrigo.

Agatha también ha presentado sus “looks” más icónicos con los clásicos de la firma: el corazón, la flor y la estrella junto con las rayas multicolores, dibujos geométricos y matices de grafiti, algo que hace el desfile “muy Agatha”, muy reconocible. Aunque la diseñadora siga creando sus diseños históricos como el chaleco agathísta tan aclamado en los años 80, o el vestido gallo, formado con pequeños trocitos de tela reciclados, siempre queda una chispa que sorprende al espectador. En este caso el vestido gallo se ha lucido ensalzado en una apoteosis de tiras de organza de colores superpuestas con la infinita paciencia de sus modistas, quienes también han apostado por vestidos Rothko en telas transparentes y en lentejuelas. Además, se han visto juegos con lazos de organza en distintos tamaños para las agathístas más refinadas.

El centro de su filosofía creativa sigue siendo el patch-work y su experimentación con patrones. Agatha tiene mucha curiosidad por técnicas ancestrales como la de los Telares Lencas, telas elaboradas a mano por mujeres hondureñas. Justo de esta colaboración, la diseñadora presenta con conjunto de Vichy turquesa con detalles de patch-work multicolores, listo para una apariencia en el episodio de los Jetson.

En este desfile, Agatha es muy sencilla con los peinados, porque sus conjuntos ya hablan por sí solos. Sin embargo, en esta ocasión ha coronado a sus modelos con delicadas diademas decoradas con besos y corazones, pequeñas joyas que también colgaran en varios abrigos y faldas. Es una colaboración con Morena Corazón, una marca de bisutería lanzada por la mexicana Sofia Berlanga.

Quién pone la música al desfile es Marcelo Mellino, es un gran amigo de la casa. “¡Que la música no pare!... ni nosotros de disfrutarla día a día”, (ese es su lema). Ha creado una canción especial para la ocasión, es una declaración de intenciones en el espectáculo.

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