La capital amplía el control sobre los pisos turísticos en su nueva normativa urbanística

El Plan Reside, con el que el Ayuntamiento de Madrid pretende poner freno a la proliferación de viviendas de uso turístico (VUT) irregulares, avanza en su tramitación tras superar este miércoles su penúltimo trámite administrativo en la Comisión Extraordinaria de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad. Con el apoyo del PP, el rechazo de Más Madrid y PSOE, y la abstención de VOX, que se reserva su voto para el Pleno del próximo 21 de mayo, el texto queda a un paso de su aprobación definitiva.
El delegado del área, Borja Carabante, ha explicado que el documento se mantiene “básicamente igual” que en su aprobación inicial, si bien incorpora algunas modificaciones derivadas del proceso de alegaciones. Entre ellas destaca la ampliación de ciertas restricciones a zonas situadas fuera del ámbito urbanístico AP-01, el centro histórico de la ciudad, con el objetivo de extender el control sobre las VUT a otras áreas sensibles del término municipal.
“Nosotros no queremos que haya una convivencia de uso residencial con el uso terciario, eso es lo que genera problemas”, ha declarado Carabante, quien defiende que la norma permitirá establecer un modelo ordenado que separe claramente ambos usos y reduzca los conflictos vecinales. El delegado ha asegurado que no se relajarán las limitaciones previstas en el cogollo histórico, que seguirá siendo una zona acotada para el turismo, mientras que en el resto de la ciudad se reforzarán algunas restricciones para atender también las demandas vecinales.
El Plan Reside establece que en la almendra central —el área delimitada por la M-30— solo se podrán implantar viviendas turísticas en edificios completos destinados exclusivamente a ese uso. Las VUT dispersas dentro de comunidades de propietarios quedarán prohibidas, incluso en plantas bajas o primeras. Tampoco se permitirá reconvertir locales comerciales en alojamientos turísticos, aunque sí se admite su transformación en viviendas en ejes no comerciales.
En cambio, fuera de la almendra central se permitirá la existencia de VUT dispersas siempre que dispongan de un acceso independiente al resto de viviendas del edificio, manteniendo las condiciones del Plan de 2019 pero añadiendo esta nueva exigencia.
El plan introduce un límite de 15 años para la explotación turística de edificios completos en el centro histórico. Transcurrido este plazo, deberán reconvertirse a uso residencial, salvo que se acometan nuevas rehabilitaciones que prolonguen su vida útil en el ámbito turístico. Como contrapartida, el Ayuntamiento facilitará la transformación de inmuebles de uso terciario a residencial, permitiendo incrementar la edificabilidad en determinados supuestos.
El equipo de Gobierno, liderado por el PP, cuenta con la mayoría absoluta necesaria para sacar adelante el Plan Reside en el Pleno del 21 de mayo. Desde Más Madrid y PSOE ya han manifestado su oposición frontal al proyecto, al que califican de insuficiente y de dar cobertura legal a las VUT en vez de erradicarlas. Vox, por su parte, mantiene su abstención a la espera de confirmar su postura definitiva.