“Punto y coma” de Carol Marín, la historia de una psicóloga con depresión
A la depresión se le llama el mal del siglo XXI. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 280 millones de personas en el mundo padecen depresión. Después de la pandemia, muchas personas han notado cómo su salud mental se ha resentido. Poco a poco, se empieza a reivindicar la importancia que merece esta área de la salud para favorecer a nuestro bienestar.
Tanto es así, que en “Punto y coma” (Alienta Editorial, 2022) se presenta la historia de Alejandra, psicóloga de profesión, casada y madre de dos hijos. Aunque tenga una vida profesional y familiar próspera y estable, llega a padecer una depresión. Desde un principio no entiendo el porqué. Sin embargo, a medida que va avanzando en su proceso de recuperación, llega a la conclusión de que estaba aguantaba un estilo de vida demasiado exigente. Ella, acostumbrada a estar del lado del profesional que ayuda en la psicoterapia, de pronto es la paciente que sufre. Se hunde, siente mucho dolor y angustia hasta que poco a poco va sacando la cabeza de la “campana de cristal” que representa el episodio depresivo. Este libro trata de una breve historia real que sigue los procesos de la enfermedad.
Carol Marín, licenciada en Psicología por la Universidad de Sevilla, es la autora de este relato. A través de Alejandra, su protagonista, también psicóloga de profesión, la escritora consigue transmitir el sufrimiento de la depresión. Marín y Alejandra mantienen un paralelismo en esta historia. Con esta técnica narrativa se logra seguir el hilo argumental. Según los datos de la OMS se estima que el 5% de los adultos del mundo sufre depresión. Este trastorno mental es la principal causa de discapacidad. Es un problema de salud serio en el que, en el peor de los escenarios, se puede llegar al suicidio. Las personas que la padecen experimentan un gran sufrimiento. Muchas veces este es empeorado por el estigma que envuelve a las enfermedades mentales. Es importante remarcar que para la depresión existen tratamientos eficaces. En caso de sospecha de que alguien del entorno tenga una enfermedad mental, el primer paso para la recuperación sería pedir ayuda y ponerse en contacto con un profesional de la salu
La depresión es un tema demasiado complejo, difícil de abordar y acotar con palabras, pero en estas páginas Marín realiza el intento de dar voz a esta dolencia. En la reseña anterior hablábamos del poder de las palabras para estructurar nuestro mundo interior. En el terreno de la salud mental, las palabras se nos antojan casi inútiles para expresar todos los matices de emociones tan intensas. Este es uno de los retos al que aspira esta narración: intentar reflejar las sensaciones con el fin de provocar empatía en el lector. La intención del escrito es acercar el sufrimiento de estas personas al público con el objetivo de evitar que el desconocimiento y tabú de la depresión no sean otro obstáculo en la recuperación. A la vez que se plasman las emociones de la protagonista, se adjuntan unos apuntes de psicología para comprender en frío la enfermedad. Recordemos que la depresión es una enfermedad con su psicopatología estudiada, sufrida de forma única y diferente según cada persona. Hacer esta combinación de relatos parece una estrategia totalmente apropiada.
Es acertado que este libro haga hincapié en la importancia de pedir ayuda como herramienta para la recuperación de los pacientes. De igual manera, se recalca la visibilización del sufrimiento de estos. Ambos son los mensajes fuertes del libro con los que quedarse.
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