El Palacio de Liria y el Palacio de Las Dueñas reabren el 22 de junio

El Palacio de Liria, en Madrid, y el Palacio de Las Dueñas, en Sevilla, propiedad de la Casa de Alba, reabren sus puertas a los visitantes el próximo lunes 22 de junio en horario de mañana, coincidiendo con el fin del estado de alarma.
Los espacios, que permanecían cerrados por la crisis sanitaria, son las residencias privadas del XIX duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, quien señala en una nota de prensa difundida este lunes por la Casa de Alba que su intención es fomentar la vuelta a la normalidad tanto en Madrid como en Sevilla.
Ambos palacios volverán respetando las medidas de seguridad, entre las que se incluyen aforos más reducidos -15 personas en el Palacio de Liria y un 30% del habitual en el Palacio de Las Dueñas-, uso obligado de mascarilla, toma de temperatura, distancia de seguridad, geles y eliminación de materiales promocionales físicos.
"Tras esta larga temporada de tristeza, mi deseo es ayudar en lo posible para que Madrid vuelva a ser la capital cultural que siempre ha sido", ha indicado el duque de Alba en cuanto a la reapertura de su residencia habitual, el Palacio de Liria, que será accesible al público en horario de 9:45 a 14:00 horas.
Respecto al Palacio de Las Dueñas, la residencia hispalense de Carlos Fitz-James Stuart, que abrirá en horario de 10:00 a 15:00 horas, resalta su intención de "apoyar la amplia oferta cultural de la ciudad andaluza".
Para anunciar la reapertura, los protagonistas de los cuadros de la Casa de Alba, creados por pintores como Goya, Velázquez, Rubens y Tiziano, Irán "incorporándose a sus antiguas posiciones" en los palacios.
Se trata de "Cuadros vacíos", una acción promocional para redes sociales, que tiene por objetivo humanizar y dar visibilidad a los personajes de las obras, convertidos en cómplices del retorno a la normalidad y la recuperación de los espacios dedicados al arte.
En un momento difícil, la Casa de Alba hace un llamamiento a la unión de las instituciones públicas y privadas, y defiende que aquellas que puedan "soportar el coste de una apertura pronta de puertas" deben "afrontar el reto para ayudar a la sociedad a su incorporación a las rutinas y costumbres".