Acceder a una vivienda en Madrid sigue siendo una carga financiera notablemente elevada para las familias, especialmente en régimen de alquiler. Según un estudio publicado este miércoles por el portal Idealista, el porcentaje de ingresos del hogar que se requiere para alquilar una vivienda de dos dormitorios en la capital ha aumentado al 39% durante el segundo trimestre de 2025, superando así el umbral del 30% que los expertos consideran como el límite de esfuerzo razonable. Esta cifra supone un punto porcentual más que en el mismo periodo de 2024.
En el caso de la compra de vivienda, el esfuerzo ha descendido dos puntos respecto al año anterior, situándose en el 36%, si bien continúa por encima del nivel recomendado por los analistas del sector. Este comportamiento contrasta con la tónica nacional, donde el esfuerzo para adquirir una vivienda se mantiene, por lo general, por debajo del 30%.
Madrid no es una excepción en este contexto de presión inmobiliaria, ya que nueve capitales superan ese umbral del 30% en el caso del alquiler. Las más afectadas son Barcelona, donde el esfuerzo alcanza el 44%, Palma (43%), Málaga (42%), Valencia y Alicante (ambas con 40%) y, en menor medida, Segovia, San Sebastián y Las Palmas de Gran Canaria. Por el contrario, ciudades como Ciudad Real, Jaén o Teruel presentan tasas significativamente más bajas, cercanas al 18%.
Por provincias, la situación más alarmante se da en Málaga, donde los residentes deben destinar un 55% de sus ingresos familiares al alquiler, seguida de Baleares (52%) y Barcelona (42%). Madrid, con un 37%, también se sitúa entre las más tensionadas del país.
Respecto a la compra, Madrid se posiciona como la cuarta capital con mayor exigencia económica, solo superada por Palma, Málaga y San Sebastián. El esfuerzo de las familias madrileñas para acceder a la propiedad representa el 36% de sus ingresos, mientras que en provincias como Jaén, Lleida o Palencia no supera el 12%.
El informe advierte que la presión del mercado se ha intensificado en los últimos meses debido a la escasa oferta de viviendas y el encarecimiento continuo de los precios. Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, ha señalado que la situación del alquiler se encuentra “en estado de emergencia” y advierte de que las familias están siendo empujadas a la compra incluso sin una situación financiera sólida. A su juicio, las políticas urbanísticas restrictivas y la parálisis en la promoción de nuevas viviendas han generado un estrangulamiento de la oferta que repercute directamente en el encarecimiento tanto del alquiler como de la propiedad.
En este sentido, se consolida una tendencia preocupante: mientras el mercado de alquiler se hace inabordable para una mayoría creciente de ciudadanos, la compra de vivienda sigue exigiendo sacrificios financieros notables, en un entorno económico que castiga a las familias con inflación, pérdida de poder adquisitivo y tipos de interés todavía elevados.