El castillo de Manzanares el Real se da a conocer con visitas teatralizadas

El castillo de Manzanares el Real, gestionado por la Comunidad de Madrid, mantiene su programa cultural de visitas teatralizadas y actividades para darse a conocer como una "joya arquitectónica" madrileña, a través de talleres infantiles y visitas temáticas.
A ello se sumará, los días 1 y 2 de junio, la tradicional serie de exhibiciones de combates medievales, donde el público podrá ver recreaciones de duelos, individuales y en grupo.
La programación general está dirigida a todos los públicos, desde familias hasta escolares, con visitas teatralizadas, talleres infantiles, rutas temáticas, conciertos y combates medievales enfocados a dar a conocer la historia de ese "emblemático castillo", que data del siglo XV, según recoge la Comunidad en una nota.
Con todo, el objetivo es ofrecer una experiencia "inolvidable, didáctica y enriquecedora", especialmente a través de dos personajes pertenecientes a una de las familias más influyentes de la época, los Mendoza.
La trama de los encuentros culturales de los fines de semana gira en torno a la historia de Brianda de Mendoza, una doncella "imbuida del espíritu del Renacimiento, que es relegada por su condición de mujer", aunque acabará aprendiendo el oficio de la arquitectura.
Además el público infantil también puede disfrutar de diversos talleres en familia, en los que todos los asistentes aprenden curiosidades de la época, abordando temas medioambientales y "la diversidad del castillo" o la escritura de la época medieval y renacentista.
El castillo ofrece asimismo visitas temáticas para adultos que giran en torno a temas como la colección de tapices del siglo XVI que conserva en sus salas, la heráldica, los sistemas defensivos medievales y su evolución o la vida de las mujeres de la época.
El castillo de Manzanares es el palacio mejor conservado de la región madrileña, cuya construcción fue iniciada por el I Duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza en el siglo XV; aunque la finalizó su hijo, Íñigo López de Mendoza, que incorporó al arquitecto Juan Guas, arquitecto de los Reyes Católicos.
Desde la Comunidad ponen en valor que el edificio es la plasmación arquitectónica de una sociedad "a caballo entre dos épocas", con rasgos de la caballeresca medieval y la renacentista humanista.
Además, el edificio cuenta con un huerto de plantas medicinales e industriales, espacios ajardinados, un laberinto y un palenque. EFE
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