El cardenal Cobo de Madrid llama a la paz en su carta pastoral de Pascua
El Cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha centrado su reciente carta pastoral de Pascua en el tema de la paz, inspirándose en las palabras del Papa León XIV.
En su mensaje, publicado el 20 de abril, Cobo destaca la importancia del don de la paz del Resucitado, subrayando que esta se conquista a través del perdón y se convierte en un testimonio del Evangelio. "Paz a vosotros", repite, enfatizando la urgencia de esta proclamación en un mundo herido. Por su parte, el Papa León XIV, en su primer encuentro con los medios el 12 de Mayo en el Vaticano, también ha hecho hincapié en la necesidad de una "comunicación desarmada", instando a rechazar la "guerra de palabras". El cardenal Cobo advierte sobre los "tambores de guerra" y las divisiones sociales, proponiendo que la paz de Cristo es una tarea activa y exigente, que se trabaja y se conquista con el perdón, más allá de la mera ausencia de conflictos.
El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha centrado su carta pastoral de Pascua en el tema de la paz, inspirándose en las primeras palabras del Papa León XIV. En su mensaje, publicado el pasado 20 de abril, el cardenal destaca el don de la paz del Resucitado, una paz que se conquista a través del perdón y que se convierte en un testimonio elocuente del Evangelio. "Paz a vosotros", repite con convicción, subrayando la necesidad urgente de esta proclamación en un mundo herido.
El nuevo Papa, León XIV, también ha enfatizado la urgencia de la paz en su primer encuentro con los medios de comunicación, celebrado el 12 de mayo en el Aula Pablo VI del Vaticano. Durante el evento, el Papa evocó las Bienaventuranzas y animó a una "comunicación desarmada y desarmante". Con un tono cercano pero firme, instó a rechazar la "guerra de palabras y de imágenes", afirmando que la paz comienza con la forma en que miramos, escuchamos y hablamos de los demás.
El cardenal José Cobo advierte en su carta sobre los "tambores de guerra" que resuenan en el mundo y las divisiones sociales. Denuncia también una violencia cotidiana y estructural que se manifiesta en el desprecio y el juicio precipitado. Frente a esto, propone hacer resonar la voz del Resucitado en las comunidades, destacando que la paz de Cristo es una tarea activa y exigente, no una paz pasiva.
En su mensaje, el cardenal subraya que la paz "se trabaja, se cuida y se conquista con el perdón". Señala que la verdadera paz no es la ausencia de conflictos, sino el compromiso de resolverlos de manera no violenta. Esta llamada común es un signo de una Iglesia que desea hacerse oír "con una voz clara y valiente en medio del ruido del mundo", anunciando que "Cristo ha vencido a la muerte" y ha enfrentado el odio con ternura, la violencia con perdón y la guerra con una paz nacida del corazón transformado.
