Ureña corta una oreja y Perera pierde otra de un bravísimo toro de Cuvillo

Madrid, 29 sep.- El mano a mano que enfrentó hoy en Madrid a Miguel Ángel Perera con Paco Ureña, dos de los triunfadores del pasado San Isidro, se saldó finalmente con una oreja para este último y con la lidia de un bravísimo ejemplar de Núñez del Cuvillo al que lució pero no mató bien el extremeño.
De hecho, la faena de muleta a ese excelente ejemplar, "Portugués" de nombre, fue el momento de mayor vibración de la tarde, con el de Cuvillo poniendo la emoción de una alegre, profunda, duradera y vibrante bravura, incluso después de haber sido protestado por parte del público y de que Perera hiciera, por ello, algún intento de que fuera devuelto a los corrales.
Pero una vez que el presidente decidió que siguiera en el ruedo, el hondo toro colorado comenzó a venirse arriba en banderillas y llegó al último tercio con clamorosas opciones de triunfo, más evidentes aún una vez que, sin probatura alguna, Perera se decidió por fin a lucirlo en el centro del anillo.
Estuvo muy generoso con el de Cuvillo el diestro extremeño, dejándole que se le viniera siempre con un espectacular galope desde la larga distancia y, desde ahí, repetir las embestidas con una profunda entrega, sin levantar nunca el hocico de la arena.
Agradeció, pues, "Portugués" la generosidad del matador poniéndole al encuentro un mayoritario porcentaje de emoción, al tiempo que Perera le ligaba las series con intensidad y valor, aunque sin llegar a la altura de la calidad del animal, que parecía no tener fin.
También en los medios de la plaza, donde pelean los bravos, tuvieron lugar las ajustadísimas bernadinas con las que Perera remató la faena a un animal que todavía seguía pidiendo guerra y que hizo que la plaza se pusiera en pie en varias ocasiones. Pero con el triunfo ya en la mano, el de Badajoz lo desperdició allí mismo con un pinchazo y un feo metisaca en los bajos que el animal no mereció.
Antes, el diestro extremeño había estado muy por encima de un noble pero insulso cuatreño de Juan Pedro Domecq y había toreado con mucha intensidad y mayor sutileza, con capote y muleta, a uno enclasado y a menos de Victoriano del Río con el que su cuadrilla cuajó un soberbio segundo tercio.
La única oreja de la tarde fue, por tanto, para Paco Ureña, que contó en todo momento, desde que le sacaron solo a él a saludar tras el paseíllo, con el favor del público de Madrid. Y se la cortó a otro buen toro de Cuvillo, jugado en segundo lugar, que tras unos inicios dubitativos, flojeando aunque con cierto temperamento, también acabó yendo a más.
Algo brusco y nervioso, Ureña no llegó a acoplarse con él en los primeros compases del trasteo, pero acabó cogiéndole el pulso con la mano izquierda mediada la faena y, empujado por el tendido, se creció en un trasteo con ciertos altibajos pero bien rematado y marcado por la honestidad, antes de tumbarlo de una ejemplar estocada tirándose por derecho.
Trofeo justo para Ureña que ya no pudo conseguir de los otros dos de su lote, un "juampedro" manejable y de poca transmisión, con el que el murciano tampoco dijo nada, y un sobrero de geniuda mansedumbre que se fue rápidamente a Las Tablas, donde ambos mantuvieron un desigual pulso de voluntades.
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FICHA DEL FESTEJO:
Dos toros de Juan Pedro Domecq (1º y 4º), de correcta presencia y manejables pero de escaso fondo; dos de Núñez del Cuvillo (2 y 5º), cinqueños, hondos y de muy buen juego, destacando el quinto, bravo, con raza y de gran entrega; uno Victoriano del Río (3º),cuajado y discretamente armado, con clase pero medido fondo; y un sobrero de José Vázquez (6º), en sustitución de uno devuelto de Del Río, de buena presencia, manso, rajado y con genio.
Miguel Ángel Perera, de lila y oro: estocada trasera atravesada (silencio); pinchazo, estocada trasera y descabello (silencio tras aviso); y pinchazo y metisaca en los bajos (vuelta al ruedo).
Paco Ureña, de canela y oro: estocada (oreja); estocada caída perpendicular (silencio); y estocada delantera recibiendo (ovación tras aviso).
Buen tarde de las cuadrillas, con un momento estelar en la lidia del tercero protagonizado, con una soberbia brega, por José Chacón y, en banderillas, Javier Ambel y Jesús Arruga, que saludaron tras tres soberbios y arriesgados pares.
Tercer festejo de abono de la feria de Otoño, con el cartel de "no hay billetes" en taquillas (23.624 espectadores), en tarde veraniega.
Paco Aguado