Daniel Sierra, pentacampeón europeo de capoeira: "Para mí la capoeira ha pasado a ser una forma de vida"

Daniel Sierra, más conocido como Ator en el mundo de la capoeira, nació en Madrid el 28 de agosto de 1978. A los dos meses, emigró junto a sus padres a Brasil, donde permaneció hasta los ocho años en la ciudad de Petrópolis, cerca de Río de Janeiro. Fue en esa pequeña ciudad donde Ator comenzó a absorber la cultura del país y a tomar contacto con las artes marciales.
Actualmente ostenta la "cuerda marrom" y se ha proclamado pentacampeón europeo (2006, 2010, 2011, 2015 y 2016). Madrid Actual ha estado viviendo un día con el campeón europeo.
Pregunta. – Con tan solo dos meses tu familia y tú emigrasteis a Brasil. Allí fue donde comenzaste a tomar contacto con las artes marciales. ¿Cómo surgió esa afición?
Respuesta. – Con cuatro años mis padres nos apuntaron (a mi hermano y a mí) a kárate. La afición ahí no la tienes, son tus padres los que te meten. Hice kárate hasta los ocho años que estuve en Brasil, y a la vuelta a España empecé a hacer judo porque en el colegio era lo que había
P. – En un primer momento fue el kárate, el judo, el boxeo, y aikido. ¿Cómo comenzó en el mundo de la capoeira?
R. – La verdad que no conocía nada de la capoeira. Vivía en un pueblo cerca de Río de Janeiro y allí no había capoeira. Cuando estaba en judo fue cuando empezó el gusto por el Deporte de contacto. Sobretodo yo era muy aficionado a las películas de ninjas y acrobacias. En la Expo de Sevilla 92 cuando vi la exhibición de capoeira en la parte de Brasil me gustó. Las exhibiciones son sobretodo acrobáticas, entonces cuando vi los saltos mortales, los tirabuzones, las patadas (dije): esto es lo que tengo que practicar. Además de que siempre va acompañado de música.
P. – En estos momentos ostenta la "cuerda marrom", ¿qué significa eso?
R. – La cuerda marrom es la graduación de profesor. Para ser cuerda marrom más o menos tienes que tener veinte años en la capoeira. También me siento orgulloso porque soy el primer extranjero en haberlo conseguido.
P. – Ahora se ha proclamado penta campeón europeo, ¿cuáles son sus metas futuras?
R. – Personalmente a mí me gusta mucho competir y me gustaría ganar el mundial; ser el primero. He llegado a la final pero no he conseguido llegar el primero. Ya es un logro entrar en la final porque era la primera vez que un extranjero entraba en la final y además allí se vive la capoeira de otra manera; es una filosofía, es una parte de su vida, etc. A título profesional me gustaría que fuera reconocida: que se me considerara un atleta, que hubiera ayudas como en otros deportes...
P. – Este año la capoeira se va a convertir en deporte de exhibición en las Olimpiadas. Se podría decir que esto es un adelanto.
R. – La esencia de la capoeira es un poco salvaje y si empezase a ser olímpica habría que modificarla para entrar en el canon de los Deportes olímpicos. Por una parte le quitaría esa esencia tan bonita que tiene, pero por otra parte seríamos reconocidos y tendríamos ayudas.
P. – ¿Qué es lo que diferencia la capoeira del resto de artes marciales?
R. – En primer lugar la música; no hay ningún arte marcial que tú estés luchando mientras tus compañeros están tocando. Son instrumentos artesanales y además cantan. Son canciones que tienen que ver con el día a día, con la esclavitud. Hay que recalcar que la capoeira no tiene nada que ver con la religión. Aunque vistamos de blanco y pueda parecer una secta y cantemos canciones que tengan que ver con los orishas no tiene nada que ver.
Lo que le diferencia, a parte de la música y de los instrumentos, es que es un arte marcial que puede ser practicada por cualquiera, que tú la puedes aplicar como quieras ya que engloba varias artes: es lucha, es danza, es música, es poesía, es acrobacia... Creo que tiene muchos más contenidos que otras artes marciales.
P. – Todos los que os dedicáis a la capoeira tenéis un apodo. ¿Cuál es el origen de esta tradición?
R. – Como te decía antes, otra cosa que diferencia a la capoeira es que fue creada por los esclavos para defenderse de los caciques. Obviamente no podían hacerlo. Ahí fue cuando añadieron el paso que lo hace parecer una danza y la música, para reivindicar que formaba parte de su cultura, de su folclore y que los dejaran practicarlo. Eso les engañó un tiempo. Los capoeristas eran muy famosos por defenderse, por huir de la policía y por atacar a policías y fue prohibida; quien practicaba capoeira iba a la cárcel, incluso con pena de muerte. Para que no supieran que la practicaba había un apodo.
P. – El suyo es Ator, ¿a qué hace referencia?
R. – Por suerte mi apodo es más o menos bonito. El apodo tiene que ver con tu forma de moverte, con tu forma de hablar, con tu forma de cantar, con tu forma de hacer capoeira, o con cualquier cosa que tenga que ver con tu físico. Normalmente son tus compañeros, o el profesor, quien te lo pone. En mi caso tuve la suerte de que yo estudié teatro y me gustaba mucho la interpretación y Ator quiere decir actor.
P. – Ahora que te has proclamado penta campeón europeo, ¿cómo fue tú experiencia en el campeonato?
R. – La verdad es que después de tantos años me gusta mantenerme ahí porque viene la gente joven detrás que tienen una forma física excelente, y yo, que voy a cumplir los treinta (años), me siento orgulloso y honrado de poder competir todavía con ellos. Fue un año malo para mí por motivos personales y cuando gané me eché a llorar; sentí como una recompensa al esfuerzo y al mal año que llevaba. Me ha reconfortado y la verdad que me ha hecho más ganas de seguir.
P. – ¿Qué significa la capoeira para usted?
R. – Para mí la capoeira ha pasado a ser una forma de vida; antes formaba parte de mi vida pero ahora es mi forma de vivir. Yo me levanto, entreno, y aunque hago otros deportes siempre tengo en mi cabeza la capoeira, y siempre estoy pensando en aquí haría una acrobacia. Aparte de ser mi profesión y de competir como atleta, siempre en mi cabeza hay un "run-run" de capoeira, de música...
P. – Eres madrileño y campeón de Europa de capoeira, ¿has recibido algún tipo de reconocimiento por parte de las instituciones? ¿Esperas recibirlo?
R. – La única mención y reconocimiento (ha sido) el de mi madre y el de mi familia, y mis compañeros de profesión. La capoeira no está reconocida. Por ponerte un ejemplo, yo cuando voy a competir entreno seis horas diarias, lo que entrenaría un atleta cualquiera, y luego lo que son los viajes te los sufragas tú. Todo lo que es viajar, la estancia, la comida, etc., todo te lo pagas tú. En todo caso, la capoeira no está reconocida; no hay ni premios económicos.