Vecinos de Lavapiés denuncian suciedad y venta de drogas en edificios okupas

La Plataforma del Barrio de Lavapiés, constituida hace cuatro años e integrada por un centenar de vecinos, denuncia que sufren problemas de insalubridad, ruidos nocturnos, venta de drogas, peleas e incluso agresiones por parte de traficantes y otras personas que ocupan ilegalmente inmuebles de la zona.

Esta plataforma, de la que forman parte seis comunidades de vecinos, además de comerciantes y particulares, asegura que "llevan ya cuatro años dirigiéndose por escrito al Ayuntamiento de Madrid" para pedir ayuda, y que han presentado "treinta y tantas denuncias ante la comisaría de Policía de la calle Leganitos", ha dicho su portavoz.

En su último escrito, piden ayuda a la alcaldesa Manuela Carmona en relación a los okupas del edificio situado en el número 15 de la calle Jesús y María, con el que "se ha quedado el Ayuntamiento de Madrid por impagos acumulados de impuestos".

Cuando estos okupas entraron hace dos años, desde la plataforma avisaron a la policía, que se personó pero "fueron increpados por muchos vecinos apoyando a los okupas", y los agentes se marcharon.

Hace un año, añade la misiva, el edificio fue declarado en ruina por los inspectores y el Ayuntamiento rehabilitó el tejado, lo apuntalaron por dentro y rehicieron partes que se habían hundido, unas obras que duraron varios meses.

Entre las incomodidades que estos okupas provocan a los vecinos, se incluyen ruidos nocturnos, ya que "su vida comienza por la noche, se sientan en las aceras fumando porros y bebiendo alcohol y con la música que ellos escuchan a todo volumen" hasta la madrugada.

Cuando los vecinos llaman a la Policía Municipal, esta se persona "pidiéndoles con la máxima educación que bajen la radio. A veces les hacen caso pero otras veces cuando se da la vuelta la policía vuelven a ponerla", continúa la carta.

Además de "coger la luz de la iluminación de la calle", depositan sus excrementos en bidones que sacan por la noche, depositándolos en un rincón de la calle".

También se han detectado chinches, que ellos mismos "desinfestaron" sin ayuda de profesionales, según la plataforma que asegura que "comen y cenan en la acera, dejan los desperdicios, y miccionan en la calle", además de pelearse entre ellos, llegando a las agresiones físicas.

Desde el Ayuntamiento han señalado que este inmueble "no es propiedad" del consistorio madrileño, sino que en torno a él ha habido un procedimiento judicial entre herederos, ante lo cual el Ayuntamiento, por "cuestiones estructurales, ha abierto un procedimiento de ejecución subsidiaria para realizar obras imprescindibles que no se habían acometido".

Asimismo, fuentes municipales aseguran que desde el Ayuntamiento "se tienen en cuenta las quejas de los vecinos y las cuestiones de convivencia".

La portavoz de la plataforma ha dicho que en el barrio sufren problemas "de ocupación, suciedad, enganches ilegales de luz, venta constante de drogas en la plaza de Lavapiés, plagas de chinches", y que muchas comunidades tuvieron que poner cámaras de seguridad, ya que "había traficantes dentro de zonas comunes de los edificios".

En la misma plaza, denuncia, hubo "dos incendios provocados y una inundación en un edificio por una plantación de marihuana", añade.

Además, en la calle de Alonso del Barco, en Arganzuela, "los toxicómanos se pinchan en la acera, y hay un colegio cerca", por lo que estos vecinos también se han unido a la plataforma de Lavapiés.

"Hemos ido al decano de jueces de Madrid, nos pidieron que nos reuniéramos con Delegación del Gobierno, y hemos mantenido encuentros con todos los partidos", añade la portavoz, que ahora está "intentando hablar con los grupos políticos" de la actual corporación municipal.

"Esta es la realidad que padecemos cada día, y no la cara amable de la okupación que mucha gente apoya porque lo desconoce", apostilla la mujer.