La Comunidad acelera la eliminación de los últimos poblados chabolistas

El presidente de la Comunidad, Ignacio González, ha anunciado este jueves en Móstoles que el desmantelamiento del poblado del "Río Guadarrama-Las Sabinas" empezará a mediados de enero y está previsto que desaparezca en 2017 tras firmar el convenio con el alcalde de la ciudad, Daniel Ortiz.
González, que ha presidido el consejo de Gobierno en este municipio, ha explicado que el acuerdo afectará a 800 personas agrupadas en 252 familias y el coste de desmantelar las infraviviendas -8 millones de euros- será financiado "al 50% con el Ayuntamiento" de esta localidad.
El Consistorio se hará cargo, según ha explicado, del desalojo y derribo de todas las infraviviendas, así como de recuperar todo este entorno situado en suelo no urbanizable de especial protección dentro del Parque Regional.
Por su parte, el Gobierno regional se compromete al realojo de las familias que cumplan los requisitos utilizando, ha manifestado González, "las viviendas del Instituto de Realojamiento e Integración Social (IRIS) para hacer los procesos de asignación" en régimen de alquiler.
Además, el Gobierno regional también se encargará de la atención social, además de hacer un seguimiento de entre 5 y 7 años para garantizar su plena integración en la sociedad.
"Damos el pistoletazo de salida a una solución histórica", ha dicho el regidor, que ha hecho hincapié en "el compromiso" del presidente regional y la "especial sintonía" con "todas las Consejerías" para eliminar este poblado, ubicado al lado del río y a la altura del kilómetro 25 de la autovía de Extremadura en dirección Badajoz.
El protocolo firmado también contempla, según han informado fuentes municipales, que el Consistorio se encargará de pedir "los permisos judiciales para entrar en los domicilios y para la ejecución forzosa de los actos municipales dictados en los expedientes".
El texto también se refiere, añaden estas fuentes, "a todos los ocupantes de las chabolas del núcleo chabolista al que se refiere este protocolo, para su desalojo y posterior demolición por razones de legalidad, seguridad, salubridad y sanidad".
Una vez resuelta la fase administrativa en la que intervienen administraciones como la Confederación Hidrográfica del Tajo, el Ayuntamiento de la localidad derribará las chabolas e infraviviendas, desmantelará el núcleo chabolista dentro de su ámbito competencial y recuperará ese espacio para "disfrute de los mostoleños".
Cuando se hayan hecho los derribos y los realojos, Móstoles se encargará de "evitar la construcción de nuevas chabolas" o cualquier "ocupación indiscriminada y muchas veces ilegal de suelos públicos y privados".
Un problema desde los años sesenta
Gran parte de los asentamientos iniciales (años 60) surgieron al ampliarse los casetones de las huertas próximas, en construcciones que inicialmente servían de descanso y, posteriormente, se transformaron en segunda casa.
Este enclave se encuentra en la zona de la llamada calle "Esteban García", asentamientos en la ribera de San Pedro, situada en el lado izquierdo de la Nacional V en dirección a Navalcarnero, y ribera del río Guadarrama, así como los de la ribera del Arroyo del Soto.
Con el paso del tiempo aquellas construcciones iniciales se transformaron en viviendas habitadas la totalidad del año, a la vez que se iban construyendo infraviviendas en las zonas más próximas a la margen del río.
El acuerdo formalizado da continuidad a la decisión de 2005 entre el Ejecutivo regional y el Ayuntamiento de la localidad, fecha en la que se acabó con el núcleo chabolista de "Vereda del Pan y del Agua" y el realojo de 70 familias.
El Ventorro y La Cañada Real
La Comunidad de Madrid ha eliminado en los últimos 15 años 109 asentamientos chabolistas y otros de los próximos en desaparecer además de el de Las Sabinas de Móstoles, en 2017, serán los de El Ventorro (en la capital) y La Cañada Real.
El presidente regional, Ignacio González, lo ha indicado en rueda de prensa, donde ha explicado que tras la eliminación de Las Sabinas ya solo resta eliminar los poblados de El Ventorro, en el distrito madrileño de Villaverde, y la Cañada Real, en los municipios de Madrid, Coslada y Rivas.
Respecto a El Ventorro, ha señalado que su tamaño es menor que Las Sabinas y la Cañada y que en todos los casos se realojará a los afectados en viviendas del Instituto de Realojamiento e Integración Social (IRIS) y se les facilitará su integración social.
En cuanto a la Cañada Real ha afirmado que su transformación "será realidad en los próximos años", porque se están cumpliendo los plazos acordados y que así se va a poner fin a un "problema que llevaba 50 años enquistado" sin solución porque, excepto el Gobierno regional "nadie quiso meterle mano".