La Comunidad se reúne con entidades agrarias ante la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica

La Dirección General de Agricultura y Ganadería se ha reunido este lunes con los representantes de Ugama, Asaja Madrid, UPA Madrid, GEA Madrid y la Unión de Cooperativas Agracias Madrileñas (UCAM) y con veterinarios de las Asociaciones de Defensa Sanitaria Ganaderas para tratar la evolución de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en la región, así como para informarles de las actuaciones que está realizando la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, y de las directrices generales que deben seguir.
El pasado martes 22 de agosto el Laboratorio Central de Veterinaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en Algete confirmó dos focos de Enfermedad Hemorrágica Epizoótica en la Comunidad de Madrid, conforme a los métodos de muestreo y los criterios para la evaluación establecidos, en dos explotaciones de bovino de carne, una ubicada en el Navalafuente y la otra en Horcajuelo.
Por su parte, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha reclamado una reunión urgente al Ministerio de Agricultura para definir un Plan de lucha y control de esta enfermedad ante el creciente número de focos en explotaciones de vacuno de varias comunidades autónomas, según informa en un comunicado.
La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) es una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa transmitida por vectores, (Culicoides spp.) y que afecta a rumiantes domésticos como bovinos, ovinos y caprinos y también a cérvidos silvestres como ciervo, gamo y corzo.
La sintomatología es normalmente leve, moderada e incluso asintomática. Los casos graves son muy pocos y la mortandad es muy baja, debida a consecuencias como cojeras que producen falta de movilidad, o bien dificultad para comer o beber por úlceras en la boca, no a la propia enfermedad. No se transmite entre vaca y vaca y, sobre todo, como ya informó el Gobierno regional, no hay transmisión al ser humano ni a la cadena alimentaria.
En el ganado vacuno la sintomatología es normalmente leve, moderada e incluso asintomática, o bien autolimitante durante unas dos semanas (fiebre, anorexia, disfagia, inapetencia, emaciación, estomatitis ulcerosa, cojera, dificultad respiratoria, secreción nasal y eritema de la ubre). Su período de incubación es de 2 a 10 días, la mortalidad es muy baja sobre todo si los animales están vigilados y tratados.
Desde la Dirección General han recordado a los ganaderos que esta enfermedad no es una zoonosis y por lo tanto no afecta al hombre ni la cadena alimentaria, han informado fuentes de la Consejería.
Actualmente no existen vacunas autorizadas en la UE frente a esta enfermedad. Ante ello, de las medidas que se recomienda para su control es la lucha vectorial (de los vectores o mosquitos que la transmiten), mediante el empleo de insecticidas y repelentes en animales, medios de transporte e instalaciones; el uso de insecticidas y larvicidas para el control de las posibles zonas de cría, así como el tratamiento sintomático de los animales enfermos tan pronto como aparezcan los síntomas en los mismos.
Además, hay que notificar la situación al veterinario para que haga el tratamiento con antiinflamatorios o antibióticos si fuera necesario. Y a los veterinarios a la Comunidad de Madrid para su correcto seguimiento, han indicado las mismas fuentes.