C. Tangana y su guateque brillan en la Caja Mágica en una jornada multitudinaria

C. Tangana y su guateque brillan en la Caja Mágica en una jornada multitudinaria

C. Tangana se convirtió anoche en la monarca de todas las fiestas populares con un concierto multitudinario, pues concentró a casi 30.000 personas, que ofreció junto a su elenco de artistas en la Caja Mágica de Madrid, marco este año del festival Río Babel.


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En realidad, todas las presentaciones en directo de su gira 'Sin cantar ni afinar tour' son una mezcla entre concierto y musical cinematográfico, ya que la mitad de arriba del escenario lo ocupa una pantalla que transmite en formato plano secuencia y calidad cinemascope todo lo que ocurre dentro de esas tablas.

Y fue mucho lo que pasó en casi hora y media de actuación. 'El madrileño' interpretó algunos --pero pocos-- de sus antiguos éxitos de rap y trap, mezclados con sus nuevos aires flamencos. Uno de sus hits, 'Demasiadas mujeres', sonó temprano y con una introducción a ritmo de marcha cofrade mucho más larga de lo habitual, que para eso se rodeaba de una fantástica banda de música compuesta por una treintena de trompetas, violines, violas, tubas y hasta trombones.

A diferencia de espacios cerrados, Pucho aprovechó el basto recinto del aparcamiento de la Caja Mágica para que los fuegos artificiales iluminaran la calurosa noche veraniega cada vez que cantaba 'Tranquilísimo' o en varios puntos de 'Llorando en la limo'.

Pero los hits y colaboraciones no pararon de llegar, bien con 'Ateo' o 'Antes de morirme' con Rita Payés o Marina Carmona; bien con Antonio Carmona en 'Me maten'; o con el 'Tú me dejaste de querer' en la emotiva voz de El Niño de Elche. No faltaron otros temas como 'Te olvidaste', 'Cambia!', 'Ingobernable', 'Comerte entera', 'Muriendo de Envidia', 'Nunca estoy' y 'Párteme el rostro '.

El espectáculo giró en gran parte en torno a una mesa mantel, tipo guateque, donde disfrutaba parte de la familia Carmona, Yerai Cortés, Ismael el Bola y Niño de Elche, donde se animaban a popurrís cañís en los que aparecieron 'No estamos locos' de Ketama, 'Noches de Bohemia' de Navajita Plateá, 'Corazón partío' de Alejandro Sanz, o 'Alegría de Vivir', de Ray Heredia.

Antón disfrutaba vestido con chaqueta cruzada de paseo marítimo y gafas de sol, que se quitó al final para aparecer con la camiseta blanca de tirantes que utilizaba en sus conciertos de antes de la pandemia. Mientras, un camarero con chaqueta blanca y pajarita negra, que hacía las veces de confidente del artista, repartía bebidas a doquier. El show terminó con 'Un veneno' y un 'Fin' muy cinematográfico en la pantalla.

LAS VOCES FEMENINAS REINARON

C. Tangana acaparó pero no deslumbró el resto del repertorio del viernes en Río Babel. La Caja Mágica comenzó a vibrar a cargo de Cheti, la bonarense Miss Bolivia, quien cogió el pulso al festival y puso a bailar a los valientes que desafiaban al sol de cara poco pasadas las 18 horas a base de cumbia electrónica, hip hop y reggeaton.

Un espectáculo de puro derroche físico junto a sus cuatro bailarinas, siempre presentes en el show, que hicieron sudar al personal, y no solo por el calor, a ritmo de temas como 'Bien warrior', 'Tómate el palo' y el grito feminista 'Paren de matarnos'.

La llama de la reivindicación siguió prendida con el trío Tanxugueiras. Arrolladoras con pandereta y sin ella, rindieron la ribera este del Manzanares y la pusieron a saltar y a cantar galego. No subió Rayden, que comparte cartel en el festival para 'Averno' pero sí Muerdo para su 'Cambia todo'. Único respiro en un concierto intenso que cerró, cómo no, 'Terra', con la que dejan claro que ellas y su fuerza han venido para quedarse. Ni ellas ni su público dan muestras de lo contrario.

No sólo de música fue la noche, ya que otra de las particularidades de Madrid Río Babel ha sido reservar uno de sus tres escenarios para la comedia, que tuvo el sábado a Bianca Kovacs, el diplomático David Suárez y los viscerales alegatos políticos de Ignatius Farray, que quitó público a Zahara.

El colofón de la jornada estuvo protagonizado por la charanga de la orquesta de electro swing Parov Stelar, viento metal y electrónica para prolongar la noche, temazo tras temazo para una velada que amenazaban con llevar hasta la salida del sol. Una deriva que la organización atajó de forma poco elegante, cortando micro y música a la banda a las 2:48 horas, teniendo que acabar su concierto a capela, entre aplausos del agradecido público.

Este fue uno de los pocos puntos negativos de la jornada babélica, junto a las largas colas que se acumularon --algo que está ocurriendo en casi todos los festivales postpandémicos-- por el colapso de todas las barras. Hoy volverán a probar suerte los acólitos de Residente, Zoo, Molotov o Rayden, que a buen seguro volverán a llenar la matritense Caja Mágica.

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