El pequeño comercio desaparece

En el año 2020 la actualidad dejaba unos números desgarradores con respecto al pequeño comercio, la caída en el sector y en hostelería seguía acentuando la tendencia de desaparición de pequeños establecimientos de los principales sectores de actividad de los autónomos españoles. Sólo el comercio de proximidad había perdido en el mes de enero de ese año 6.328, 16.083 en los últimos seis meses, según los datos dados a conocer por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos, UPTA.
Los culpables de este retroceso del comercio han sido muchos, o por lo menos eso destacan asociaciones, partidos políticos y la sociedad en general. La pérdida de negocios de barrio se intensifica año a año con el auge de la venta 'online' y de grandes empresas con mejores horarios y, sobre todo, con el aumento de centros comerciales en cada rincón del país.
La cultura de la consulta al comerciante es antiquísima, los fenicios ya la pusieron en práctica a lo largo de todo el Mediterráneo durante siglos y ha pasado de generaciones en generaciones. Los mercados medievales en torno al castillo del noble eran el germen del crecimiento de la sociedad y de la población, un reino boyante se fundamentaba en el poder militar y comercial. En la actualidad también ocurre lo mismo, pero las compras las realizamos como autómatas, la soledad capitanea la transacción comercial. En muchas ocasiones no intercambiamos la más mínima conversación con el vendedor.
Está claro que la sociedad avanza y evoluciona, pero lo que nos distingue entre otras cosas del resto de seres vivos es que el humano es un ser social, necesita la interacción, y a la hora de llevar a cabo una compra/venta es exactamente lo mismo. Por ejemplo, la pandemia se llevó por delante 35.000 empleos y 17.000 tiendas del comercio textil, muchos de ellos sin retorno.
Madrid intenta parar esta sangría
La Comunidad ofrece ayudas para contribuir a la promoción comercial de los productos artesanos y a la formación del sector. Podrán ser beneficiarios del régimen de las ayudas contempladas en esta Orden las Pymes y los empresarios individuales que se dediquen a la actividad del comercio o la artesanía, cuyo origen sea cualquier Estado miembro del Espacio Económico Europeo y desarrollen su actividad en el ámbito territorial de la Comunidad de Madrid.
También se consideran Pymes aquellas que ocupen a menos de 250 personas y cuyo volumen de negocios anual no supere los 50 millones de euros o bien su balance general anual no sea superior a 43 millones de euros.
Asimismo , podrán acceder también a la condición de beneficiario las comunidades de bienes que, aun careciendo de personalidad jurídica, puedan llevar a cabo los proyectos o actividades que motiven la concesión de la subvención.
Los autónomos son los más perjudicados por eso en la Comunidad de Madrid podrán optar a ayudas directas de hasta 8.000 euros si contratan a trabajadores de menos de 35 años en 2022. Una opción de poder aumentar el sector empresarial de la Comunidad.