317 desfibriladores en la red de transporte de la región

317 desfibriladores en la red de transporte de la región

La Comunidad de Madrid ha destacado su una "amplia red de transporte público cardioprotegida" con un total de 317 desfibriladores instalados, número superior a lo que marca la normativa, que obliga a tener en todas aquellas estaciones con una afluencia superior a los 5.000 viajeros diarios.


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Gracias a la colocación de estos equipos en el suburbano, desde 2017 hasta la fecha, se han podido trasladar con vida a un centro hospitalario al 70% de los viajeros que han sufrido un episodio cardiaco, según recoge el Ejecutivo regional en un comunicado.

De las 30 ocasiones en las que se ha requerido su uso, en 13 de ellas no detectó incidencia cardiaca y, de las otras 17, en 12 ha posibilitado el trasladado con vida al paciente a un centro hospitalario.

En los cinco intercambiadores de la región --Moncloa, Príncipe Pío, Plaza Castilla, Avenida de América y Plaza Elíptica-- cuentan con desfibriladores semiautomáticos con el objetivo de reforzar la seguridad en estas instalaciones, ya que cada día lo utilizan un millón de viajeros.

En toda la red de transporte público se ha incluido la señalización necesaria para que los usuarios identifiquen estas instalaciones como espacios cardio-protegidos y localicen sin dificultad los desfibriladores.

El consejero de Transportes, David Pérez, ha señalado que "la finalidad de que haya desfibriladores en toda la red de transporte público es la de poder salvar vidas, porque permiten realizar una atención inmediata ante una parada cardiorrespiratoria que pueda sufrir un viajero, incrementando notablemente sus expectativas de supervivencia y reduciendo secuelas posteriores".

La normativa permite que cualquier persona, sea trabajador o usuario, pueda llegar a utilizar estos aparatos tras establecer la correspondiente conexión con el teléfono de Emergencias 112, con el que el desfibrilador se encuentra permanentemente conectado.

Los avances tecnológicos han permitido la aparición de este tipo de equipos denominados desfibriladores externos automatizados (DEA) que, por sus características y fácil funcionamiento, y según la evidencia científica disponible, los hacen idóneos para su utilización por personal ajeno a la profesión sanitaria fuera del entorno hospitalario.

PRIMERA CAUSA DE MUERTE EN EL MUNDO OCCIDENTAL

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo occidental y, entre ellas, ocupa un lugar destacado la muerte súbita cardiaca como resultado de una parada cardiaca secundaria, principalmente debida a la fibrilación ventricular.

La mayoría de estas muertes súbitas ocurren fuera del entorno hospitalario, de ahí la importancia de la instalación de estos equipos.

La correcta atención a la parada cardiorrespiratoria consiste en la aplicación precoz de una serie de acciones conocidas como cadena de supervivencia, que incluye, por este orden: el reconocimiento de la situación y activación del sistema de emergencias sanitarias; el inicio inmediato de las maniobras de soporte vital básico; la desfibrilación eléctrica precoz y la rápida instauración de las técnicas de soporte vital avanzado.

El único tratamiento eficaz contra la fibrilación ventricular es la desfibrilación eléctrica precoz, por lo que la participación de la primera persona interviniente es fundamental para el pronóstico y supervivencia de quien sufre una parada cardiorrespiratoria.

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