Igualdad laboral

Aunque la "brecha laboral de género" se sitúa en Madrid algo por debajo de la media española, que asciende al 23,25%, las mujeres necesitan trabajar "casi dos meses más que los hombres para cobrar el mismo salario", según la vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas.

El párrafo anterior es una realidad aunque no sea UGT el medio más indicado para hablar de este tipo de noticias y mucho menos para dar doctrina de nada.

Dejando a un lado el medio, la Comunidad de Madrid debe luchar por la igualdad laboral. Una igualdad que empieza por tener al frente del Ayuntamiento y la Comunidad a dos mujeres y por tener unos líderes políticos, en su mayoría, mujeres al margen de su capacidad.

La patronal empieza a darse cuente de que ser mujer no es lo que deben valorar a la hora de dar un puesto de trabajo, es la capacidad de esa persona sin importar su sexo o, lo que es peor, pensando en que pueda quedarse embarazada y perder cuatro meses de trabajo.

En el siglo XXI no se puede discriminar a una mujer por razones tan simples como su capacidad de traer hijos al mundo o, la aberración de algunos empresarios machistas, de pensar que con menos capaces que un hombre.

La educación de los niños no solo debe encaminarse a aceptar a sus compañeros como pretende la ley LGTB, también a aceptar a sus compañeras sin plantearse lo más mínimo en que ellos son mejores que ellas por causas naturales.

Para estar en 2016 y vivir tan pendientes de un Gobierno, unos presupuestos o de si la basura que acumula Madrid es una invención de los medios, dedicamos poco tiempo a valorar a la mujer en su justa medida y a pensar más en sacar adelante nuestras empresas contando con mano de obra que tome decisiones y solucione problemas sin importar su sexo.