La Hermandad de Bomberos de Madrid celebra 30 años de devoción a la Virgen de la Paloma
La Hermandad 'Virgen de la Paloma Bomberos de Madrid' conmemora este año su 30º aniversario, continuando con su misión de acercar a los madrileños a una de las advocaciones más queridas de la ciudad. Este 15 de agosto, el bombero Juan Miguel Gil tendrá el honor de bajar el cuadro de la Virgen, en un acto que marca el punto culminante de las festividades en su honor, según informa la Archidiócesis de Madrid.
La novena a la Virgen de la Paloma comenzó el pasado 6 de agosto, con diversas intenciones dedicadas a los anderos, los matrimonios que han recibido el sacramento en la parroquia, los propietarios de locales que exhiben su imagen y todos aquellos que llevan el nombre de Paloma. Ayer lunes, fue el turno de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, para quienes la Virgen de la Paloma es su patrona.
Felipe García Berzosa, actual presidente de la Hermandad, recuerda que su creación formal data de 1994, aunque la tradición de la bajada del cuadro de la Virgen por los bomberos ya existía antes, impulsada por tres hermanos bomberos que continuaron con una devoción transmitida de generación en generación. Uno de esos hermanos, Fernando Martínez, fue quien logró formalizar la Hermandad, que hoy cuenta con unos 25 miembros.
Aunque les cuesta atraer a los bomberos más jóvenes a la Hermandad, Berzosa destaca que, poco a poco, logran su participación en los actos y en la organización de las festividades. Además del 15 de agosto, la Hermandad también participa en la Semana Santa de Málaga, representando al Cuerpo de Bomberos de Madrid y al Ayuntamiento en la procesión del Miércoles Santo.
Este año, el honor de bajar el cuadro de la Virgen recae en Juan Miguel Gil, un bombero con más de 20 años de servicio, que ha esperado varios años para tener esta oportunidad. Gil señala que este acto es un gran privilegio y una fuente de orgullo, no solo por la fe personal, sino por lo que representa para todos los bomberos y para el pueblo de Madrid. "Es un momento muy especial, un acto de culto y devoción que permite acercar la imagen de la Virgen a la gente, que la venera con gran fervor", comenta Gil.
El papel de los bomberos en esta festividad va más allá de la bajada del cuadro. Durante la procesión, los bomberos acompañan a la Virgen y le rinden honores a su paso por la Puerta de Toledo, donde realizan una exhibición en su honor. Esta muestra incluye la suelta de pétalos de rosa y, en ocasiones, de palomas, un momento que los madrileños esperan con gran expectación, llenando la plaza desde primeras horas de la tarde.
Escribir un comentario